My Way


Amor, ven y descubre el encanto de este jardín. Pasea lentamente y déjate llevar por estos verdes pasillos llenos de vida. Huele el suave olor a azahar y acaricia las gotas de rocío que ha dejado esta estrellada noche, cada gota es una lágrima que he derramado por ti. Deja que la brisa enrede tus cabellos igual que las plantas se agarran a este tronco de olivo, es la fuerza de mi vida. Y mira como todas las rosas rojas están abiertas, cada una es una pequeña parte de mi ser. Observa como se desliza el agua por la cascada y verás tu bello rostro reflejado en el agua cristalina, el más bonito reflejo que jamás haya dejado el sol. Todo este esplendor es un pequeño regalo por tu amor. No tengas miedo, esos temblores que han sacudido el jardín son los latidos de mi corazón.

Querido Sergio,

Siento mucho todo lo que has sufrido, estos 7 meses, desde que te abandoné. Han sido días muy duros para los dos, pero no me dejaste otra alternativa. No sabes lo que he llorado al ver que cada día recibía mensajes, emails y llamadas tuyas. Por mi parte sólo recibías un gran silencio a pesar de que quería contarte toda la verdad. Siempre he sido una cobarde y no sabía como afrontar el momento de confesarte mi secreto. Hoy sí que necesito contarte lo feliz que soy.

Estos 5 años contigo han sido lo mejor que me ha pasado, hasta el día de hoy. Es imposible no recordar el día en que nos conocimos. Miguel, tu amigo, nos presentó y fue un auténtico flechazo. Ese día llegué a casa temblando. Tenía grabado en mi memoria tu sonrisa, el calor de tus labios sobre mis mejillas, ese cabello rubio... Sin duda, el momento más emotivo fue cuando nos miramos fijamente a los ojos, estuve a punto de ahogarme en tu mar azul. A partir de ese día nos convertimos en amigos y en apenas unos meses ya vivíamos juntos.

Cada día pienso en los paseos por la playa, esas cenas románticas, tus abrazos, tus palabras...El primer día que estuvimos juntos fue algo que siempre recordaré. Me llevaste a cenar y luego me enseñaste tu rincón favorito, una playa paradisiaca. Acabé llorando de emoción y alegría al ver como me recitabas poemas de Neruda. No hay nada más bonito como oír tu dulce voz a la luz de la luna. Fue una noche de mucha pasión y amor desenfrenado. Bastaron pocos días para saber que no podíamos vivir el uno sin el otro.

Eramos muy felices y nos compenetrábamos en todo. Llegaste a ser una parte de mi. Te necesitaba tanto como el aire para vivir. Nunca discutimos hasta el día que te dije que quería ser madre. Creía conocerte de verdad, y ese día supe que no. Tu respuesta fue que no querías niños porque no querías compartirme con nadie. Después de discutir un par de horas, olvidamos el tema y todo volvió a la normalidad. Meses después volví a sacar el tema y obtuve la misma respuesta. No me diste otra solución que tomar cartas en el asunto. Decidí dejar de tomar la píldora y tener ese hijo que tanto deseaba. Podría haberlo buscado en otro hombre, pero no era lo mismo. Te quería tanto que sólo pensé en quedarme con una parte de ti. Después de unos meses me quedé embarazada y no sabía como decírtelo. Te pregunté que harías en el caso de que algún día las pastillas fallaran. Y tú seguías igual, pensando que ese 1% no nos ocurriría a nosotros y que sólo tenías ojos para mí y que así eramos muy felices los dos. Ese día dí por terminada nuestra relación, sin darte demasiadas explicaciones.

Sé que fui una egoísta, que te he engañado y robado. Espero que algún día puedas perdonarme. Tú tampoco pusiste nada de tu parte y fuiste un hipócrita.

Hoy soy la mujer más feliz del mundo. Estoy en el hospital rota de dolor, pero tenía que darte esta noticia. Hace cuatro horas que ha nacido Alvarito. ¡Tu hijo! No te preocupes, no te voy a pedir que reconozcas tu paternidad ni necesito ninguna pensión. Sólo quiero que sepas que has sido padre y que el día que quieras conocerlo él estará encantado de recibir el cariño de su papá. Yo no he jugado limpio pero jamás pondré ningún impedimento para que si sientes la necesidad de abrazarlo, besarle o acariciarle no lo hagas. Es tan tuyo como mío. Esta felicidad no es completa del todo por que no te tengo a mi lado.

Por mi parte, sólo me queda decirte que jamás te he olvidado. No hay un sólo minuto que no piense en tí, ni una sola noche que no llore por no tenerte a mi lado. Necesito sentir tu calor, tener tu apoyo, reírme contigo. Así no soy plenamente feliz, pero seguro que Álvaro hará que estos días sean diferentes. Si todavía sientes algo por mi, y consigues perdonar todo el daño que te he hecho, aquí me tienes para afrontar una nueva vida juntos. Eso sí, vengo con un niño precioso que es igualito a su padre.
¡¡Te quiero!!
Laura
Mamá,
Extraño tus cálidos abrazos, el dormirme acurrucada junto a ti mientras me acariciabas y besabas con ternura y regalarte una sonrisa como muestra de afecto. Estamos a kilómetros de distancia, igual que la luna y las estrellas que observábamos cada noche, ésas que iluminaban nuestros sueños y daban luz a nuestros deseos de no separarnos jamás.
La vida da muchas vueltas y yo soy la culpable de alejarme de vosotros. Os dije que me marché al aceptar un traslado para progresar en el trabajo, obtener unos honorarios mejores y una mayor calidad de vida, pero no es cierto. Ha llegado el momento de contarte la verdad, si soy capaz de deslizar el lápiz sobre el papel sin que las lágrimas desdibujen las palabras.
Papá siempre luchó para que no faltara de nada en casa y desde su accidente no es el mismo. No podía quedarme de brazos cruzados esperando esas operaciones que nunca llegaban por la larga espera de la sanidad pública. Os mentí y empecé a traficar con drogas, alejada de casa era más fácil el no dar explicaciones de mis largas ausencias y de la facilidad de conseguir el dinero, pero no cambié de localidad ni trabajo. Desde el parque frente de casa hablaba contigo, cada semana, mientras tu silueta bailaba inquieta por el balcón y dejabas que el viento secara tus lágrimas antes de regresar con papá. Yo intentaba no derrumbarme al tenerte cerca y no poder tocarte, necesitaba deshacer ese nudo que me impedía respirar tranquila, decirte que todo era una farsa y que regresaba a casa con el sueño cumplido.
Mamá, te escribo porque durante tres años no podré contactar contigo de otra forma, pero no me olvido de tu voz, de tus confidencias ni de los latidos de tu corazón, siempre están presentes en mi. Estoy presa por amor a vosotros. El mundo de las drogas es un entramado muy complicado, no llegué a habituarme a ir a por droga y venderla por ahí. Es difícil ser una persona de confianza si una no tolera esas substancias, empezaron a mirarme como si fuese una detractora, organizaron una encerrona y fui una presa fácil para terminar entre rejas.
Mientras lees esto por tu cabeza volarán preguntas sin respuestas, recriminaciones, pensamientos de ser una mala madre y sensaciones de rabia, impotencia y dolor. Mamá, te pido perdón por el daño causado, no creas que mi vida sea fácil aquí encerrada y alejada del mundo.
Desde pequeña he odiado el mundo de la drogadicción y las adicciones y te prometo que si me metí en esta organización fue por vosotros, para ayudaros a pagar un tratamiento eficaz para papá, pero jamás he consumido nada perjudicial para la salud. La vida y la salud van unidas para dar color a la familia y amigos. Vosotros me regalasteis la vida y yo he intentado manteneros en ella, aunque no haya obrada de la forma más correcta.
No me arrepiento de nada y espero ansiosa cumplir mi condena para regresar junto a vosotros, abrazaros, pasear juntos y recuperar el tiempo perdido.
Mamá, os quiero mucho, tienes que ser fuerte y cuidar de papá, ahora más que nunca te necesita a su lado.
Tu hija, Marta.

2 comentarios:

  1. Quiero ver más cosas en esta sección del blog.... así que ya sabes... a escribir!!!! :) Besitos!!!!

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  2. De momento no he escrito nada más. Algún día me llegará la inspiración y las ganas de escribir y no te preocupes que te enterarás, jeje.
    Besotes

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La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros (Ana María Matute).