viernes, 13 de septiembre de 2019

Cuando acabe el invierno. Mary Ann Clark

CUANDO ACABE EL INVIERNO
MARY ANN CLARK BREMER
TRADUCCIÓN: HUGO BACHELLI
EDITORIAL PERIFÉRICA
 80 PÁGINAS


Cuando abramos estas páginas habremos llegado a un punto de la vida de su protagonista en que todo es pérdida: la muerte de su familia durante la Segunda Guerra Mundial, la muerte de su joven marido en la guerra por la creación del estado de Israel.
Sólo una promesa hecha a sí misma, cifrada en la palabra «reconstrucción», podrá ayudarla a renacer. Con la ayuda de sus libros más queridos (entre los que se encuentran en primer lugar los de Virginia Woolf, con la que «dialoga» casi a diario) y con la presencia nueva de hombres y mujeres con los que ha de aprender a vivir de manera distinta.
Es ésta una novela en primera persona sobre la condición de la mujer a mediados del siglo XX, sobre sus luchas, sobre la superación de tantos tópicos como obstáculos. Una novela que combina verdad y literatura de un modo único, atendiendo a la importancia de los pequeños detalles (unos guantes, un plato de aceitunas, unas muñecas rusas) con una mirada tan aguda como intensa.

Cada detalle en una novela, desde la portada, el título, la sinopsis, una palabra o una recomendación, es importante a la hora de captar nuestra atención. En este caso lo que llamó mi atención, sin menospreciar el título, fue ver que en la sinopsis menciona a mi admirada Virginia Woolf. Enseguida quise conocer parte de las vivencias noveladas de Mary Ann Clark, sin importar el comenzar por el segundo tomo. La primera parte es "Una biblioteca de verano" y confío leerla en los próximos días, porque cada volumen es el acompañante ideal para leer tomando una cerveza bien fría. Son lecturas breves en extensión y contundentes en emociones, que la autora expresa con una prosa muy poética, para dar sentido a su existencia y hacernos marcar frases en cada página. 

Este breve libro comienza cuando la autora tiene que afrontar una nueva vida lejos de lujos y con el corazón triste tras el fallecimiento de su marido en la guerra de Israel. Maldice el día que él quiso unirse al frente y del que nunca regresó. La soledad y el duelo los afronta con la lectura, especialmente con los libros de Virginia Woolf, que son un bálsamo para sus momentos de tristeza.

Mary Ann desea que acabe el invierno, para salir de su oscuridad, y lo hace haciendo gala de su fuerza y de grandes dotes feministas. No permite  que jueguen con ella, ni que la juzguen por ser mujer, sino que deja constancia de su valentía para seguir adelante y olvidarse de viajar de un lugar a otro sin encontrar su sitio.

Más que una novela, Mary Ann Clark, escribe un cuaderno donde junto a frases de Woolf relata sucesos y temores, sin importar los saltos temporales, solamente guiados por ese magnetismo tan especial que es la literatura. El mejor antídoto para sanar sin analgésicos, tan solo analizando el poder de las palabras en la mente para que el cuerpo reaccione a los estímulos captados.

Con la finalización del invierno acaba su sufrimiento y con la luz solar el estado anímico mejora y ella emprende un nuevo vuelo, el definitivo, el de su amor. Durante el invierno se va despojando de las hojas para comenzar una nueva etapa fresca y libre, donde el viento mande lejos la carga innecesaria y arroparse solamente con los buenos recuerdos y darse a conocer a sí misma sin falsedades.

Cuando acabe el invierno es un cuaderno literario, viajero y emocional que recorre la etapa del descubrimiento de una mujer, y en mi caso de una escritora a tener en cuenta. Cada vez me siento más cómoda con este tipo de autoficción novelada, que además de un juego, es una manera de narrar situaciones familiares y compartir sentimientos entre amigos. Porque el lector es un amigo que escucha confidencias y disfruta de seguir al lado de esas páginas.

Una pequeña obra bella y llena de luz que es un canto de vida y amor a los libros, la amistad de la gran literatura. ¿Qué hay más bonito que encontrar en los libros la puerta de salida de las tinieblas?