miércoles, 19 de febrero de 2025

El violín de Fayenza. Champfleury

 EL VIOLÍN DE FAYENZA

CHAMPFLEURY

TRADUCCIÓN: CARLA FONTE SÁNCHEZ 

EDITORIAL PERIFÉRICA

144 PÁGINA




SINOPSIS 

Dàlegre es un afable bon vivant oriundo de Nevers, donde vive feliz hasta que, un buen día, harto de disfrutar de los placeres mundanos que le ofrece esa pequeña ciudad de provincias en el centro de Francia, decide visitar París. Allí coincide con Gardilanne, un amigo de su juventud. Sus estilos de vida son la noche y el día: mientras que Dàlegre es el alma de todas las fiestas, Gardilanne es la personificación de la frugalidad, lleva una vida –en exceso– ordenada, apenas tiene trato con sus semejantes y no se le conocen inquietudes de ninguna clase. Sin embargo, pese a su aparente imperturbabilidad, una pasión lo consume en secreto: a diario, haga el tiempo que haga y con la avidez de un cazador, Gardilanne se entrega febrilmente a recorrer anticuarios y ropavejeros con el fin de ampliar su colección de objetos raros y valiosos.

Gardilanne está especialmente encandilado con las fayenzas de Nevers, «las cerámicas más hermosas de toda Francia», y le encomienda a su amigo la misión de aprender a reconocerlas y de procurárselas para engrosar su gabinete de maravillas. Al principio, Dàlegre se tomará el encargo como un nuevo divertimiento con el que entretener sus días en la plácida provincia, pero poco a poco se irá convirtiendo en una obsesión devoradora. Un vicio pernicioso que desata una rivalidad irracional entre los dos amigos en esta divertida sátira sobre el afán de propiedad y sus servidumbres.

Para la segunda parada, del reto La vuelta al mundo en doce libros, me apetecía buscar un libro poco conocido o que no tuviera mucha repercusión en redes. Siempre es más fácil ir a tiro fijo con los grandes clásicos que tenemos pendientes, pero si nos dejamos llevar y buscamos podemos encontrar pequeñas joyas. Con El violín de Fayenza me sentí como una protagonista más buscando tesoros, sin más intención que dar la oportunidad a un libro que me atrajo desde el primer momento. Al ser publicado por la editorial Periférica ya es de por si una auténtica garantía. 

El mundo del coleccionismo es fascinante. ¿Quién no ha coleccionado algo con mucho amor e interés? Desde pequeña vi a mi padre clasificar con pasión sellos y monedas. Esto es algo que se transmite igual que la pasión por la lectura. No domino ninguna temática, pero si tengo que agradecerle entrar en el mundo literario, numismático y filatélico. Por supuesto, no de forma enfermiza como los personajes de esta novela. Más bien como diversión, aunque a veces deje algunas a medias o abandonadas.

Dàlegre, de 35 años, es un vividor que siempre piensa en fiestas y mujeres. Lleva quince años así de despreocupado y al tener más que aburrida su ciudad natal, Nevers, decide viajar hasta París en busca de nuevas aventuras. No sabe que un encuentro casual cambiará su vida de la noche a la mañana. En París se encuentra a un compañero de secundaria. Gardilanne es todo lo contrario, es un funcionario solitario que vive por su pasión por el coleccionismo. Sólo un personaje cómo él escatima en ropa y comida para poder gastar más en antigüedades. Es un buscador de gangas, experto en el arte del regateo y en acumular objetos. Su casa más que un museo, es un cúmulo de objetos inútiles, dónde no se puede dar ni un paso. Una pasión enfermiza que roza el síndrome de Diógenes.

Por las calles de París, Gardilanne enseña a su discípulo a valorar el arte y a encontrar piezas valiosas. En un principio, toda esa información e historia sobre las fayenzas no le interesa lo más mínimo. Será una vez regrese a Nevers, que ponga en práctica todo lo aprendido y busque alguna pieza para enviar a Gardilanne. El maestro queda entusiasmado con los hallazgos y lo anima a seguir con mensajes muy positivos a través de misivas. Hasta que llega el momento en que Dàlegre pasa de ver eso como un trabajo y se convierte en pasión. De la pasión pasa a una obsesión y de la obsesión a algo enfermizo.

No es fácil moverse entre dos aguas y más si cada uno rema para el lado opuesto. La maravillosa sintonía y amistad se rompe cuando Gardilanne no recibe más piezas únicas y Dàlegre niega encontrarlas.

El autor escribe una satírica nouvelle sobre el mundo del coleccionismo. Como buen entendedor del arte sabe plasmar sus inquietudes y estudios, es muy interesante conocer tantos detalles de esas bonitas piezas de loza fina esmaltada o barnizada que son las fayenzas. En la obra aparecen de diversas formas y colores, pero la gran joya de la corona será un violín, como bien indica el título. 

Champfleury en 15 capítulos realiza un retrato psicológico de los dos protagonistas. Un exhaustivo examen de como la envidia cambia a las personas. En esta novela hay mucho egoísmo y rivalidad, cuando todo debería ser admiración y disfrutar juntos de los nuevos hallazgos.

El violín de Fayenza es una irónica reflexión sobre el acopio compulsivo de objetos.


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La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros (Ana María Matute).