lunes, 13 de junio de 2011

LA SONRISA ETRUSCA


La sonrisa etrusca
José Luis Sampedro
Colección Áncora y Delfín, 947
Ediciones Destino
319 págs.




SINOPSIS

Salvatore Roncone deja su querido pueblo de Calabria y se traslada a Milán, a casa de su hijo y su nuera, para someterse a una revisión médica. Su carácter fuerte y batallador, a menudo cerril, y su apeyo de campesino a las viejas costumbres de su tierra sureña entrarán en conflicto con el mundo y los usos de la ciudad del norte. En su peculiar batalla contra su enfermedad y contra un entorno para él hostil, hallará, sin embargo, el regalo inesperado de una nueva vida con su nieto de trece meses, Bruno.


La novela empieza cuando Salvatore Roncone, es trasladado por su hijo Renato, desde Calabria hasta Milán, para someterse a unas pruebas médicas. Durante el recorrido se paran en un Museo donde Salvatore se queda enamorado de la sonrisa de los etruscos, de la obra conocida como el Sarcófago de los Esposos.


Sarcófago de los Esposos (Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia)

El viejo campesino no termina de adaptarse a la vida de Milán, él está acostumbrado a un pueblo y ahora tiene que vivir en una ciudad que le parece muy fría. Tiene que estar con su nuera, a la que no soporta demasiado, ya que le hace comer cosas que no le gustan y que no son comestibles como son el pan o la fruta, que no se parecen en nada a lo, que se come en su pueblo.

Salvatore, más conocido como Bruno, no puede negar la alegría que le dio el saber que su nietecito se llamaba Brunetino. Este niño de unos pocos meses será lo que le proporcionará unas inmensas ganas de vivir y por momentos le hará olvidarse de su enfermedad. El nieto despierta en él unos sentimientos de ternura que nunca tuvo con sus dos hijos y una gran responsabilidad para que el nieto crezca tan fuerte como fue él en su juventud. Cuando el tuvo a sus hijos, nunca les presto nada de atención hasta que fueron grandes, en esos momentos sólo eran atendidos por la madre.

Bruno, se entretiene paseando al nieto y para él son grandes momentos de alegría. Un día paseándolo con el cochecito se encuentra con Hortensia. A partir de este momento se hacen inseparables y ella será la única persona que sabrá los sentimientos que tiene hacia el niño. Se irán viendo hasta que se hacen inseparables y entre los dos se van contando cosas de su pasado. Salvatore le contará las aventuras con las muchas mujeres que estuvo, lo que lucho por su país, etc.

Su fuerte carácter hace que no se lleve bien con casi nadie, tiene encontronazos con la frutera, la asistenta, incluso con el médico. Bruno le pide insistiendo, al médico, cuanto tiempo le queda de vida. Solo lo quiere saber para poder disfrutar de Brunettino el poco tiempo que le queda y desea impaciente que le llame "nonno" y le promete que durante el verano lo llevará a su pueblo natal.

El nieto duerme en una habitación separada de la de sus padres. El abuelo no puede entender como pueden dejar al niño solo por las noches y para que no duerma solito, él cada noche duerme a su lado sentado en el suelo. Y mientras el niño descansa le va contando lo mucho que le gustaría llevarlo a Calabria una vez que se haya muerto su enemigo que también está enfermo.

La novela nos deja momentos muy intensos donde hay capítulos en los que predominan las risas y otros donde incluso las lágrimas. Es un libro muy tierno donde los sentimientos están siempre presentes.

Este libro me ha gustado mucho, pero tardé bastante en terminarlo. No sé porque pero era leer unos pocos capítulos y tenia que dejarlo con cualquier excusa. Se ve que inconscientemente no quería llegar al final.





miércoles, 1 de junio de 2011

Pintar la literatura

El pasado 27 de abril tuve la oportunidad de asistir a la visita guiada que el Museu es Baluard preparó para el Club de lectura de la Biblioteca ca'n Sales. El Museu nos ofreció una interesante visita a la exposición "Pintar la literatura" de Eduardo Arroyo.


Eduardo Arroyo nació en Madrid en 1937. En 1957 se trasladó a París huyendo del Franquismo y estuvo allí durante dos décadas. A principios de los 80 empezará a ser conocido y valorado en España. En 1982 se le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas.

Esta exposición está compuesta por 193 obras y 3 salas con diferentes disciplinas como son: los libros, la pintura, el dibujo, la litografía y la escenografía, todo ello con un hilo conductor, la literatura.


La obra está formada por personajes muy importantes en la vida de este pintor como lo demuestran los retratos de Flaubert, Cicerón, Balzac, Nabokov, Zweig, Leopoldo Alas "Clarín", etc. Y también están los personajes infantiles y teatrales como: Blancanieves, Caperucita Roja, Don Juan Tenorio...



Autoretrato comparándose con Robinson Crusoe

La mayoría de las portadas de los libros que hay en esta exposición son de hace bastantes años, pero una buena portada tiene mucha importancia para que los libros lleguen al futuro lector. 

Desde aquí quiero agradecer al Club de lectura y al Museu su generosidad al obsequiarnos con  esta magnífica visita guiada.