Palma, como cualquier otra ciudad, cuenta en estos días con un ambiente navideño en el que no faltan los villancicos, los adornos, las luces de Navidad y los regalos. El viernes recibimos la visita de María Dueñas que fue el mejor regalo que podíamos recibir los amantes de sus novelas. Una tarde que pone el broche de oro a un año en el que grandes escritoras han visitado la isla.
Durante una hora firmó ejemplares, en el Corte Inglés, de
"Misión Olvido" y de "El tiempo entre costuras". Una servidora no podía faltar a la cita después de haber disfrutado mucho de las dos lecturas y de la preciosa prosa de María Dueñas. Ya lo dije en la reseña de "Misión Olvido" que me gustó y me llegó más la historia de Sira en "El tiempo entre costuras". Durante la firma pude intercambiar unas pocas palabras con ella, no nos dejaban mucho tiempo, ya que todo el mundo quería llevarse su ejemplar firmado.
Después de la firma de libros, María Dueñas, presentó en el Club del Diario de Mallorca su novela "Misión Olvido". Un evento organizado por el Proyecto Juníper 300, que en el 2013 conmemorarán el 300 aniversario de Junípero Serra, un mallorquín que tuvo una gran importancia en las misiones californianas y que en 1769 fue presidente de ellas. Un personaje que no aparece en la novela pero que está muy vinculado al Camino Real formado por 21 misiones.
La idea de esta novela le surge como un chispazo, mucho antes de saber que acabaría escribiéndola, durante unas vacaciones familiares en California. En ese mes visitó las misiones más conocidas como la de Santa Bárbara (fundada como una misión franciscana por Fray Junípero Serra), la de San Carlos de Borromeo de Carmelo (dónde está enterrado Junípero Serra). Después de visitar los viñedos y bodegas de Somoza, llegaron a la última de las misiones, la de San Francisco Solano, un lugar muy simple y austero.
Ese legado apasionante e interesante que dejó en California el recuerdo del sabor Mediterráneo fue la primera idea de la novela, esa curiosidad de como llegaron allí los franciscanos con sus ideas religiosas y, quizás, con su afán político. Todo esto se quedó en un segundo plano, al cruzarse en el camino "El tiempo entre costuras". Después de una inmensa promoción y gira con su primera novela, eran muchos los lectores que le pedía una segunda parte, al tener un final no cerrado del todo, se lo pensó poco y lo descartó, ya que nunca tuvo en mente esa posible continuación. Es más, todavía tenía en su cabeza ese runrún de las misiones, pero no sabía como abordar el tema. Lo que sí tenía muy claro era que no quería una novela histórica, sino una historia contemporánea con ventanas retrospectivas abiertas al pasado. Empezó a estructurar el contenido como si fuera una milhojas, en la que iba poniendo capa sobre capa los distintos temas, con su propio sabor y esencia cada uno, para que en conjunto formarán algo mucho más sabroso.
Una mañana con su modo escritor en On y con las antenitas observando y analizando el entorno en busca de ideas, dejó a sus hijos en el colegio y se paró a tomar un café en un bar. Leyendo la prensa vio un pequeño articulito que hacía referencia al 50 aniversario del establecimiento de la base americana de los marinos en Cartagena. Con esto ya tenía a los franciscanos que fueron de España a California y a los marinos que hicieron el camino contrario desde California a España. Historias de ida y vuelta que forman otra capa de la lasaña de "Misión Olvido".
María Dueñas es filóloga y recordó al personaje Ramón J. Sender, un escritor español que estuvo ligado a Cartagena. En él encontró la tercera pieza clave de su novela, la de los intelectuales españoles exiliados, acogidos por universidades norteamericanas. Con ello ya tenía los cruces de ida y vuelta, las capas que ella quería para los momentos históricos y las zonas geográficas de la narración. Ahora tan solo faltaban los personajes, que salieron solos con esta tercera capa. Se trataba de crear un personaje muy ligado a su ámbito académico, el de las universidades. En el que los principales personajes iban a ser profesores y es cuando nace Blanca Perea, protagonista absoluta de la novela, junto a dos hombres que son coprotagonistas, el profesor Andrés Fontana (un exiliado) y a su lado Daniel Carter (hispanista americano alumno de Fontana).
Blanca Perea es una profesora que ha luchado toda su vida por una estabilidad personal y familiar, en la que las cosas surgen de forma insospechada. Ve como su matrimonio se ha roto y que sus hijos empiezan a volar solos. Blanca es un prototipo de hombre o mujer, de ser humano, que su vida salta por los aires y debe afrontar una nueva etapa en su vida. Decide poner tierra de por medio y aceptar una beca para trabajar en la Universidad de Santa Cecilia, cerca de San Francisco. A María Dueñas le costó horrores encontrar el nombre de la universidad, ya que quería un nombre ficticio y todos los nombres de Santos ya estaban colocados. Al principio Blanca empieza su misión con cero ilusión y sin ninguna motivación, tan solo quiere estar sola y desprenderse anímicamente y emocionalmente de sus problemas. Poco a poco va descubriendo que no solo se trata de ordenar los papeles que forman el legado del profesor Fontana, sino de rescatar su nombre y la memoria perdida de un hombre y de completar la investigación sobre las misiones franciscanas, en la que puede haber una nueva misión que complemente a las 21 ya existentes. Le faltan datos y mucha información por lo que pide ayuda a Daniel Carter.
Daniel Carter le ayudará a reconstruir la memoria de Fontana. Así como transcurren los meses en los que Blanca está en California, vamos viendo como su vida va involucrándose con los personajes de Carter y Fontana, y se van abriendo las ventanas retrospectivas al pasado. Por un lado conocemos la España de los años 30 de la mano de Fontana, y por otro la España de los años 50 a través de Carter. Con Carter pretende recomponer la España de los 50 a través de los ojos de un americano impulsivo, vital, guapo, que viene de la América del baby boom, de Elvis sonando en la radio, de electrodomésticos por todas partes, una América próspera, tecnológica, moderna, frente a la España de los 50 que ya no hay aquella miseria ni hambre de la posguerra, pero que sigue siendo una España muy atrasada y acartonada en muchas cosas.
Dueñas trenza la vida de estos tres personajes y con ellos la España de los años 30 y 50 con ese legado que Junípero Serra dejó junto a otros misioneros en California. Un legado que el próximo año rescatarán y saldrá a la luz de la mano del Proyecto Juníper 300, con unos documentales sobre este personaje mallorquín. En la conferencia tuvimos la oportunidad de ver los booktrailers.
El título "Misión olvido" tiene varios significados, el olvido de Blanca, la recuperación de la memoria de Fontana... Todos los personajes se refugian un poco en el olvido, de manera infructuosa, porque ellos piensan que olvidando van a cicatrizar sus heridas, pero se dan cuenta que no es posible, que hay que reconciliarse con lo que uno ha vivido por muy doloroso que sea y afrontar la realidad. Un título que desconcierta antes, de leer la novela, y que no se le da la importancia que se merece hasta que no se conocen más detalles.
El crear el personaje de Daniel Carter ha sido todo un reto para ella. Blanca ha sido como su álter ego, su vida, su profesión y su mundo, podría ser una intima amiga suya, una compañera, una hermana, por lo que meterse en su piel le resultó muy sencillo. Ella no es Blanca, en absoluto, ha creado un contenedor parecido a ella y todo lo que le rodea es igual, pero el alma es distinta. Meterse en la piel de Fontana, personaje de otra época, no tiene nada que ver pero tiene mucha historia e información sobre personas que vivieron en el éxilio y tan solo tuvo que documentarse. Para crear a Daniel Carter ha mirado muchas películas de la época para reconstruir esa España de los 50, ha hablado con muchos amigos y profesores universitarios de Estados Unidos, ha visitado varias universidades norteamericanas y ha charlado con profesores y amigos de exiliados para obtener nuevas referencias. Todo lo pasó por la Turmix y de ello salió un chico guapetón que ha enamorado a más de una lectora.
Es muy poco mitómana y lee muchas cosas distintas, desde novedades hasta clásicos. Al ser filóloga inglesa lee mucha literatura inglesa y americana. Reconoció que ha leído una de "Las sombras de Grey" y que prefiere no hacer comentarios. Lee a Pérez Reverte, a J. K. Rowling. Ahora lee con otros ojos, lee como escritora y no como lectora y ese ojo crítico no es bueno. A veces tacharía párrafos y otras se queda alabando lo bien escrito que está y se queda preguntando como habrá conseguido escribir eso tan bueno. De todo aprende, tanto de lo bueno como de lo malo, todo le sirve para mejorar. Ella va picando como los pavos.
Es organizada y metódica en todas las facetas de la escritura. En sus dos novelas ha seguido una estructura similar, primero ha dedicado unos meses a pensar y a investigar. Va anotando a mano en unos cuadernos cualquier palabra, personaje, lugar que puedan servirle. Va amasando las ideas y trenzándolas para empezar luego a escribir la historia. Cuando tiene toda la información la va ordenando y ajustando de forma que cuando termina esta fase ya tiene 3/4 partes de la novela. A partir de ahí ya se encierra a escribir (en un documento de word) y va capítulo a capítulo de forma ordenada. Cada documento es un capítulo. Pocas veces escribe algo del final para no olvidarse, pero lo normal es que escriba de forma cronológica. Intenta maximizar el tiempo del que dispone para escribir. Mientras trabajaba en la universidad escribió "El tiempo entre costuras" y "Misión Olvido" la escribió en paralelo a la promoción de la primera novela. Cuando dispone de un mes en casa se pone a escribir muy temprano y empieza a picar, picar y picar, como si estuviera en una mina. Al ponerse aa escribir puede estar muchas horas con ello, no espera que vengan las musas, se lo toma como cualquier trabajo de oficina. Corrige mucho sobre la marcha, no al final. Antes de empezar con el siguiente capítulo relee el anterior, pero el día anterior no ha cerrado el capítulo hasta que no lo ha dejado a la perfección. Suele ir sobre seguro, aunque algunas veces si pueda hacer pequeños retoques. Es muy perfeccionista y muy inconformista y le da muchas vueltas antes de dar una cosa por correcta.
Hasta otoño del próximo año no se encerrará a redactar la nueva novela (al finalizar la promoción de "Misión Olvido"), de la que tiene 3 ideas. Enseguida que se decante por una empezará a recopilar la información, a la par que seguirá con la gira de esta última. Confiaremos en que en el 2014 nos pueda deleitar con una nueva novela.
Esto es lo que nos contó María Dueñas en la presentación de su libro. Quizás me he enrollado demasiado, pero así es la única forma de que podáis conocer todos los detalles.
Por último os animo a leer sus dos novelas, es un placer disfrutar de la preciosa prosa de María Dueñas.