EL ABSTEMIO
IAN MCGUIRE
TRADUCCIÓN: ÍÑIGO F. LOMANA
EDITORIAL SEIX BARRAL
455 PÁGINAS
La afinidad literaria es un aliciente a la hora de embarcarnos en la multitud de libros y novedades que se publican a diario. Es imposible leerlo todo y hacer una criba lleva su tiempo, pero cuando una persona querida que conoce mis gustos me recomienda una novela ni lo dudo. Así, por recomendación, cayó en mis manos "El abstemio", una novela que posiblemente hubiera obviado porque el alcoholismo es una adicción temeraria a la que tengo mucho respeto. Y no puedo estar más agradecida de conocer al detective James O'Connor, porque me ha tenido pegada a la dura persecución con Stephen Doyle y dejándome con ansiedad cada vez que mueve ficha. La vida es una carrera a contrarreloj y al mínimo fallo se nos escapa.
Ian McGuire, autor de la novela, sitúa la trama en Mánchester en el año 1867 para dar a conocer la radical batalla por la independencia de Irlanda. Crea un thriller histórico que comienza a raíz de un suceso real, el ahorcamiento de tres fenianos por formar parte de una revuelta en la que falleció un policía. En toda novela con tintes históricos la importancia reside en recuperar acontecimientos para que el lobo del olvido no se los trague y los envíe al más lejano rincón de la memoria. Muchas personas perdieron la vida y con la visibilidad se les rinde un pequeño homenaje. Es más, a mí el tema de los fenianos me pilla muy lejos, tan solo de oídas y es un asunto del que merece la pena conocer más detalles y del cual se habla muy poco.
James O'Connor, jefe de la policía, es un irlandés al que destinan la misión de vigilar a la Hermandad Republicana Irlandesa y pararles los pies antes de que atenten nuevamente al pueblo con cualquier excusa para llamar la atención. No es un cargo fácil y más con el pasado que lleva a sus espaldas. Tuvo que abandonar Dublín para no perder el trabajo por culpa de su adicción al alcohol, donde se refugió al perder un bebé y poco después a su mujer. Se espera que la nueva misión lo aleje de los fantasmas y encuentre la motivación para no descuidar su vida. No se lo van a poner fácil, en Mánchester no conoce a nadie e incluso los compañeros del ayuntamiento reniegan de sus creencias. Para él los mandatarios de la hermandad son unos miserables que solo buscan guerra y sangre, pero desde su posición de policía no le ve sentido y quiere seguir un camino sin necesidad de tanta violencia clandestina.
Poco le dura la vida tranquila a O'Connor, quién da nombre a el abstemio. El ahorcamiento de tres fenianos, a la vista de todos, despierta la rabia de los radicales irlandeses. A través de un chivatazo, el detective se entera que desde Estados Unidos envían a Stephen Doyle para ajustar cuentas. Aquí comienza un enfrentamiento entre ambos. Por una parte el policía investiga para saber quién es el mercenario y darle caza, y por otra el americano sigue los pasos de los traidores que pasan información a la policía.
Doyle no tiene miedo a nada, fue militar de guerra, y sabe que ante un objetivo hay que darlo todo. No importa derramar sangre cuando se tiene fe en algo. Desde 1850 los nacionalistas irlandeses se oponen al dominio británico sobre Irlanda. El pasado es uno de los grandes enemigos, aparece silenciosamente en el peor momento y pone en alerta nuestra integridad física y mental. Y eso afectará a las dos partes del conflicto: a James O'Connor y a Stephen Doyle. Rencillas las hay en todos lados, incluso hoy en día, entre pueblos vecinos. Los conflictos de antaño nunca dejan de latir.
El abstemio no tiene nada que envidiar a los clásicos policiacos. Su ambientación lúgubre y lluviosa junto al personaje de Doyle bien podrían ser obra de Stevenson y formar parte de El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Puede parecer que con estos ingredientes la novela sea un copia y pega de tópicos: el bueno y el malo, el problema con la bebida, la ciudad oscura centro de asesinatos, etc. Novelas sobre las guerras hay muchas y en todas encontramos detalles que las hacen únicas. Aquí ocurre lo mismo y encontramos una humanidad inusual frente al poder y el deber que desembocan en un final para quitarse el sombrero.
Una novela que capítulo a capítulo nos la bebemos dejando resaca de buenas tramas. La he disfrutado un montón y siento un cariño especial por el frágil O'Connor que no deja de luchar por sus ideales. Si queréis un thriller histórico que desenmascara la cara más amarga del fanatismo no dejéis de leerla.
Con esta reseña participo en la Yincana Criminal.