Hoy os dejo una entrevista a Pilar Muñoz, la autora del libro “Ellas también viven. Relatos de mujer”. Una autora y un libro muy conocidos en la blogosfera y que más de uno ya ha disfrutado de sus relatos. Hace poco más de un mes tuve la suerte de conocerla personalmente en Córdoba, y os puedo confirmar que es una mujer muy cercana, sencilla, familiar, con las ideas muy claras y una gran luchadora. Fueron unas horas en las que disfrutamos de una buena charla y en la que le pregunté algunas curiosidades que tenía sobre el libro, un tanto personales (la confianza da asco), pero ella me las contestó muy amablemente. Sus respuestas me parecieron muy interesantes, por lo que le propuse el recopilar parte de la charla, para que todos vosotros pudierais profundizar un poco más sobre la temática del libro y conocer algo más sobre ella.
El título es precioso y muy acertado. Refleja en la palabra vivir las inquietudes, vivencias, sentimientos, pensamientos y emociones de las protagonistas de los relatos. Lo de “Relatos de mujer” es algo que posiblemente te haya perjudicado, viendo que la gente es bastante reacia a leer relatos, que todas las historias son protagonizadas por mujeres, al pensar en el feminismo extremo y en batallitas de trapitos y maquillaje. Nada más lejos de la realidad. ¿Te has arrepentido alguna vez de añadirlo al título?
Muchas veces. Era consciente del poder de atracción que tiene tanto una buena portada como un buen título, pero elegirlo bien puede resultar más complicado de lo que parece. Cuando añadí esas tres palabras fatídicas al título principal, pretendía ofrecer con ellas una imagen certera y clara del contenido del libro, pero no pensé que pudieran estar sujetas a interpretación, y que ésta pudiera estar tan alejada de la realidad. Como tampoco sabía que el relato, como género, gozara de tan poca aceptación, por decirlo suavemente.
Supones bien, me ha perjudicado bastante. Podría añadir, incluso, que esa combinación de palabras ha sido una mezcla explosiva de carga negativa, porque al desfavorecido concepto que se tiene del relato, se ha unido, con bastante frecuencia, una imagen muy frívola de la mujer. Y lo más triste es que esto último ha llegado también de la mano de muchas de nosotras.
Todos los inicios son difíciles y más aún para un escritor novel. Tú misma has tenido y tienes que luchar por hacerte un nombre dentro del panorama literario, acercar los relatos a la gente y demostrar que este género literario es tan bueno como una novela. Se trata de contar en pocas palabras una historia que enganche, te intrigue y te sorprenda. Tú lo has conseguido y creo que poco a poco vas cambiando la mentalidad de los lectores y estos se acercan más a este género relegado a un segundo plano. A través de los blogs se puede ver un pequeño cambio y la gente parece dispuesta a descubrir lecturas y géneros diferentes, ¿Crees tú que tanto trabajo y lucha por defender tus relatos está mereciendo la pena?
En esta aventura en la que me he embarcado, me veo obligada a hacer un doble esfuerzo: el de defender al relato, en general, y defender los míos, en particular. Y tengo que confesar que está siendo muchísimo más agotador de lo que esperaba, hasta el punto de haber sentido en más de una ocasión el impulso de tirar la toalla. Pero cuando alguien acaba leyendo mis historias (en algunos casos, después de haberle dado mil vueltas al libro sin atreverse a abordarlo) y me dice que he contribuido a cambiar su concepción del género y a que se reconcilie con el mismo, el subidón de adrenalina es tal, que vuelvo a recoger la toalla para subirme de nuevo al rin y seguir peleando por que lleguen hasta donde alcancen mis posibilidades. Pero hay muchas veces en que dudo si debo seguir o no, porque resulta muy frustrante que después de ser conocido en una parte aceptable de la blogosfera y con muchas buenas críticas y reseñas excelentes a la espalda, aún siga despertando el suficiente recelo como para que descarten la posibilidad de leerlo en igualdad de condiciones que cualquier otra novela.
Supongo que todo es cuestión de tesón y paciencia. Mientras ésta no se agote, lo seguiremos intentando :-) De cualquier forma, esta experiencia está resultando para mí preciosa, interesante y muy, muy enriquecedora a nivel personal. Sólo por eso, y aunque todo terminara aquí y ahora, el camino recorrido y el esfuerzo invertido me habría merecido la pena, sin duda.
Todos los relatos están escritos en primera persona, algo que nos acerca muchísimo a las protagonistas y consigue que vivamos con ellas sus experiencias y pensamientos de primera mano. Son historias cotidianas que están a la orden del día. ¿Qué pretendes dar a entender con estas historias?
Solemos prestar mucha más atención a lo ajeno que a lo propio, a lo extraño que a lo conocido, a lo raro que a lo común, a lo esporádico que a lo cotidiano… Pero no tiene por qué ser más importante, ni por qué tener más trascendencia. Pasamos de puntillas por todo cuanto acontece a nuestro alrededor y estamos tan acostumbrados a tenerlo cerca que lo miramos pero no lo vemos.
Yo creo que detrás de cada rostro con el que nos cruzamos o con el que en cierta forma convivimos puede haber escondida una gran historia que contar, una vivencia con la que emocionarse o una sencilla experiencia de la que aprender. Y eso es justo lo que yo pretendo, llamar la atención sobre ellas sacándolas a la luz y demostrar que puede removerse algo fuerte dentro de nosotros con cada una de estas historias y que su huella puede perdurar en nuestra mente, o en nuestro corazón, durante mucho tiempo después de haberlas compartido.
En estas historias hay mucha profundidad en los temas tratados. Hay pasión, violencia, supervivencia, prostitución, acoso, discriminación, amor, etc. Nos cuentas las vivencias con tantos detalles y sentimientos que es imposible no emocionarse, llorar, reír, sufrir… Parece que todo te ha pasado a ti. ¿Alguien de tu alrededor ha pasado por situaciones similares?
Es imposible afirmar que nadie de mi alrededor ha pasado por situaciones similares, porque éstas son extremadamente frecuentes, demasiado cotidianas. Sin embargo, tan sólo en tres o cuatro de las historias que se cuentan he tenido a estas personas lo suficientemente cerca como para conocer de primera mano y en profundidad sus sentimientos y emociones y poderlos relatar. En todos los demás casos, la imaginación y la empatía han sido las precursoras de cada historia. Ponerme en la piel de la protagonista y sumergirme en su vivencia mentalmente me ha permitido “sentir” todo ese cúmulo de emociones que después he trasladado al papel. Reconozco que escribirlos en primera persona ayuda, porque es mucho más fácil identificarse con ellas. Afortunada o desafortunadamente, pocas cosas de las que aparecen en el libro las he vivido yo en realidad.
En “falsa apariencia” Lucía tiene que ejercer la prostitución para sobrevivir a la crisis y poder ayudar a su familia. Todos en algunos momentos hacemos cosas que nunca hubiéramos deseado, pero el amor por los nuestros es más fuerte. ¿Crees que la gente valora el sacrificio de estas mujeres? ¿O seguimos ante un tema tan machista en el que siempre será una profesión mal vista?
Mis familiares y amigos están un poco dolidos del tiempo que paso delante del ordenador. Van viendo como a través de una pantalla uno encuentra a personas con las que compartir buenos momentos y ellos se ven un poquito abandonados. En “una abierta infidelidad” los celos y el abandono de las personas que tenemos al lado dan mucho que pensar. ¿En tu caso, piensas que como autora es inevitable dedicar tanto tiempo al ordenador?
“Entre dos fuegos” es uno de los relatos que más gusta a los lectores. Yo tengo un recuerdo muy bonito de él, ya que me lo leyó una amiga y no pude evitar emocionarme, tú tienes una parte grabada en audio, ¿Qué crees que tiene que llama tanto la atención?
Atracción sexual, amor, celos, conflicto pasional… Todo ello, ya de por sí, suele despertar interés, pero si además le añadimos las etiquetas de “prohibido” e “infiel”, el morbo que la historia genera la hace muy atractiva para el lector.
Cuando escribí este relato, no lo hice con tal intención (la de generar morbo), sino con la idea de mostrar una dualidad sentimental y emocional latente en la protagonista que hasta hace relativamente poco tiempo sólo parecía ser posible entre el género masculino (por una mera cuestión de educación moral), pero que sin embargo, hoy día, también fluye en las mujeres en mayor medida de la que pensamos.
Todas las historias son sorprendentes y te dejan pensando si ante situaciones similares actuaríamos como las protagonistas. En mi caso hay veces que si y otras que no, pero nunca podemos saber a ciencia cierta cómo actuaríamos si algún día nos ocurren. ¿Tú piensas como ellas?
No en todos los casos. Yo, al igual que muchísimas mujeres de las que han leído el libro, puedo sentirme identificada o reconocer las situaciones en las que se ven inmersas las protagonistas, su forma de percibirlas, los sentimientos, sensaciones y emociones que les evocan…, pero su forma de afrontarlas y de resolverlas puede que sea lo más variable en todo ese proceso, lo que más cambia de unas a otras. Creo que ahí, en ese punto, ya no podemos hablar de “la mujer”, sino de “las mujeres”, porque existen distintos modelos con formas diferentes de reaccionar ante tales vivencias. A algunas las he aplaudido, pero a otras las hubiera zarandeado para que reaccionaran de forma contraria, según mi propia forma de interpretar la situación.
Muchísimas gracias, Pilar, por querer compartir con todos los lectores esta entrevista tan personal y sincera. Fue un placer el conocerte y descubrir a una gran mujer, gracias por ser como eres.
Tengo que decir que el placer fue mutuo. Hay personas que hacen que te resulte fácil sincerarte con ellas y con las que una es capaz de estrechar lazos de amistad en muy poco tiempo y sin apenas darte cuenta, y tú eres una de ellas. Me encantó conocerte personalmente, aunque sólo fuera durante esas tres horitas que pasaron en un suspiro y te agradezco enormemente que fueras tú quien lo hiciera posible.
Gracias por los halagos que me has dedicado al principio y gracias a ti por concederme el honor de ser entrevistada por la misma “cronista y periodista literaria” que entrevistó en su día a la gran Mari Jungstedt. ¡No se puede pedir más! :-) Y, por supuesto, gracias a todos los que os habéis acercado a este blog dedicando un poquito de vuestro tiempo a conocer lo que hablamos.
Un beso a todos.
Booktrailer de "Ellas también viven"