Las hojas rojas de Thomas H. Cook.

LAS HOJAS ROJAS

THOMAS H. COOK

UMBRIEL EDITORES

253 PÁGINAS

 

 

SINOPSIS

 

Tenía todo lo que podía desear un hombre: una mujer, un hijo, un hogar. Pero cuando el crimen y la sospecha llamen a su puerta, descubrirá que no conoce a nadie...ni siquiera a los que más quiere.

 

El mundo de Eric era tan sólido y feliz como siempre. Un universo familiar perfecto, tan ideal como el de las estampas familiares que cada día revelaba en su tienda de fotografía. Hasta aquella noche fatídica en que su hijo Keith salió a cuidar de la hija de unos vecinos. Tras la desaparición de la pequeña Amy, Keith se convirtió en el principal sospechoso. La presión policial y las elusivas miradas de los vecinos dan paso pronto a algo mucho peor: una duda terrible, una sospecha que crece como un cáncer en el alma del propio Eric. Un espantoso y voraz sentimiento que alcanza no sólo a su hijo, sino también a los recuerdos de su propia infancia, donde le aguarda desde hace años un secreto que nunca ha querido ver. Eric comienza a temer que, quizás, ha vivido toda su vida de espaldas a una espantosa realidad.

 

 

Esta es la primera novela que leo de este autor, más vale tarde que nunca, y es que tiene más de 20 libros escritos. Creo recordar que otro libro suyo hay en casa, después de buscar y rebuscar por las estanterías no he sido capaz de localizarlo, posiblemente lo tenga en casa de mi madre. Esta novela la comentamos en el club de novela negra y para mí fue un gran descubrimiento, no tanto para los apasionados de la negrura de las auténticas novelas de asesinatos. A mí me gustan los libros, sean de la temática que sean, que profundicen en temas psicológicos, nos hagan reflexionar y aporten varias temáticas para dar juego. En este la desaparición de Amy casi pasa a un segundo plano. Antes de irme por las ramas, rojas o verdes, os comento un poco la trama de la novela.

 

Eric vive con su mujer y su hijo en un pequeño pueblo. Tiene una tienda de revelado de fotos y conoce muchos detalles de las personas que salen en las instantáneas. Su vida es estable y feliz, su misión es la de vivir al día sin demasiadas preocupaciones. De la noche a la mañana su vida dará un giro que le dejará descolocado y sin saber reaccionar. Su hijo Keith cuidó por la noche de Amy, la hija de la familia Giordano, y ante la desaparición de la pequeña es el principal sospechoso.

 

Su vida tranquila y despreocupada pasa a un segundo plano, ahora con la acusación de su hijo se va preguntando si de verdad conocemos a las personas de nuestro alrededor. Los enfrentamientos con la familia son constantes y tirando de la cuerda llegará a su infancia, descubriendo secretos que nunca conoció por mantenerse con los ojos vendados. Su mujer, Meredith, le reprocha que no ve más allá de sus narices, que ella es la única que debe enfrentarse a su hijo, la que manda y que él es tan solo un sujeto pasivo que evita cualquier conflicto. Vive siempre ignorando la realidad de lo que ocurre.

 

La sospecha es un ácido corrosivo. Todo cambia, se mira a las personas de otra manera, y juzgamos sin una sentencia clara y firme. Algunos clientes de la tienda no quieren que Keith les entregue los revelados, la amistad con los Giordano da paso a una pelea constante, las mentiras florecen entre el matrimonio mientras su hijo vive en la más oscura soledad de su habitación.

 

El pasado regresa en el peor momento de su vida para hurgar en una herida que creía olvidada. Una madre que se suicidió, un padre arruinado, una hermana fallecida por enfermedad, un hermano perdedor que vive bajo el paraguas del alcohol. Secretos escondidos bajo sonrisas falsas, infelicidad y lagunas de alcohol.

 

De forma brutal el autor nos adentra en la mente de Eric. Él es el que nos cuenta lo que ve y siente en cada momento. Observamos como la felicidad desaparece de un día para otro, dando paso a la oscuridad de los acontecimientos y de lo que podemos llegar a inventarnos por adelantarnos y especular más allá de la realidad. De lo sumergidos que vivimos en una burbuja de felicidad que al mínimo movimiento puede estallar dejando a la intemperie los problemas familiares. Un duro ataque a lo poco que confiamos en las personas, de la nula relación de algunos padres con sus hijos, y del daño que hacen las acusaciones.

 

Antes decía que no es una novela negra al uso, no está narrada por el asesino, ni por la víctima, ni por una tercera persona. El narrador es Eric el padre del principal sospechoso. El autor durante toda la novela va creando una atmósfera agobiante, consiguiendo llevarnos por el camino que quiere y convencernos de quién puede ser el culpable. Hasta las últimas páginas no descubrimos lo que ocurrió y tengo que admitir que el final es espectacular e inesperado.

 

Las fotos de familia mienten siempre. Es curioso como podemos observar unas fotografías y dejarnos llevar por la intuición de lo que representan, si felicidad o tristeza en los protagonistas, y como puede cambiar nuestra opinión al conocer la realidad. Impresionante la vuelta que da una persona y su vida al pasar de observador a observado.

 

Una novela brutal y exagerada para sacudirnos y abrirnos los ojos ante la realidad. Quizás no tan exagerada y más cercana de lo que creemos. Las dudas y la culpa vuelan para atrapar al más débil, hacer daño y convertirse en un agónico compañero de viaje.