BARTLEBY, L'ESCRIVENT
HERMAN MELVILLE
TRADUCCIÓN: MIQUEL DESCLOT
ILUSTRACIÓN: JAVIER ZABALA
NÓRDICA LIBROS
78 PÁGINAS
SINOPSIS
Bartleby, el escribiente es una de las narraciones más originales y conmovedoras de la historia de la literatura. Melville escribió este relato a mediados del siglo XIX, pero por él no parece haber pasado el tiempo. Nos cuenta la historia de un peculiar copista que trabaja en una oficina de Wall Street. Un día, de repente, deja de escribir amparándose en su famosa fórmula: "preferiría no hacerlo".
Nadie sabe de dónde viene este escribiente, prefiere no decirlo, y su futuro es incierto pues prefiere no hacer nada que altere su situación. El abogado, que es el narrador, no sabe cómo actuar ante esta rebeldía, pero al mismo tiempo se siente atraído por tan misteriosa actitud. Su compasión hacia el escribiente , un empleado que no cumple ninguna de sus órdenes, hace de este personaje un ser tan extraño como el propio Bartleby.
Escribiente, una profesión perdida con el paso del tiempo, es la función de nuestro peculiar protagonista Bartleby. Copiar escritos para el abogado, narrador de la historia, y cotejarlos con el resto de empleados del despacho.
El abogado, de nombre desconocido, con oficina en Wall Street tiene a su cargo a tres empleados, justo antes de contratar a Bartleby. Dos copistas, Dindi y Grapes, y Gingebre como chico de los recados. Bartleby se presenta en la oficina para atender la demanda de un anuncio solicitando un escribiente. Lo contratan de inmediato y todo parece indicar que es un empleado ejemplar, trabaja en silencio y sin parar. Hasta que un día, ante la solicitud de su jefe de leer en voz alta un escrito, le responde: "Preferiría no hacerlo". Y así a cada cosa requerida por el abogado, que sorprendido con la actitud de Bartleby no sabe como actuar. Solamente copia, desde el rincón junto a la ventana, no quiere realizar nada más.
Mucha paciencia tiene el legista, hasta el día en que Bartleby se niega incluso a copiar, que se arma de valor y lo despide, pero ni por esas consigue que abandone la oficina. Ante la tozudez del escribiente, el narrador decide alquilar otra oficina y emprender un nuevo rumbo sin ese personaje tan extraño. Algo que no resulta tan sencillo, al quejarse los nuevos inquilinos que hay un espectro que no reacciona a ningún estímulo.
Bartleby, tiene tantas posibilidades de interpretación como lectores. Nos encontramos con un escribiente que no sabemos muy bien a qué debe su lado salvaje, si a la soledad, una enfermedad tipo esquizofrenia o tal vez a su vida de vagabundo en la que nunca tuvo que obedecer órdenes. Lo qué sí sabemos es que siempre recordaremos al callado y rebelde flacucho con mucha ternura y tristeza.
Y no menos importante es el narrador, abogado de profesión, que sorprende con su actitud sobre el escribiente. Hoy en día, cuando un trabajador no obedece las órdenes del superior, más pronto que tarde lo echan de patitas a la calle y sin ningún remordimiento. Aunque en este caso el abogado parece hacer honor al sinónimo de su profesión y como moderador intenta dar a Bartleby lo que pueda necesitar para vivir.
Leí el relato en catalán, aunque Nórdica lo publicó también en castellano. Una cuidada edición en tapa dura, grande, similar al formato de los cuentos y perfectamente ilustrada, mayoritariamente en blanco y negro, por Javier Zabala. Bartleby es un protagonista solitario y gris, por eso hay que retratarlo con una gama de colores oscuros.
Herman Melville publicó a finales de 1853 , bajo pseudónimo, este relato en dos partes en una revista, y no fue hasta dos años más tarde que formaría parte de un libro. Un escrito que con los años es más valorado, y que no pierde valor, tan solo el oficio de escribiente pasó a mejor vida con las fotocopiadoras. El autor, en plan cómico, quiere dar a conocer las pésimas condiciones de trabajo, los conflictos entre amo y trabajador, y la valentía de algunos de ir contracorriente.
Bartleby, el escribiente es una historia misteriosa sobre un escribiente inolvidable. Su famosa frase: "Preferiría no hacerlo" es un gran eslogan que marca la libertad, aunque a veces solo sea un escudo que esconde nuestra cobardía. Un relato perturbador que inquieta por el enfrentamiento de clases.
Escribiente, una profesión perdida con el paso del tiempo, es la función de nuestro peculiar protagonista Bartleby. Copiar escritos para el abogado, narrador de la historia, y cotejarlos con el resto de empleados del despacho.
El abogado, de nombre desconocido, con oficina en Wall Street tiene a su cargo a tres empleados, justo antes de contratar a Bartleby. Dos copistas, Dindi y Grapes, y Gingebre como chico de los recados. Bartleby se presenta en la oficina para atender la demanda de un anuncio solicitando un escribiente. Lo contratan de inmediato y todo parece indicar que es un empleado ejemplar, trabaja en silencio y sin parar. Hasta que un día, ante la solicitud de su jefe de leer en voz alta un escrito, le responde: "Preferiría no hacerlo". Y así a cada cosa requerida por el abogado, que sorprendido con la actitud de Bartleby no sabe como actuar. Solamente copia, desde el rincón junto a la ventana, no quiere realizar nada más.
Mucha paciencia tiene el legista, hasta el día en que Bartleby se niega incluso a copiar, que se arma de valor y lo despide, pero ni por esas consigue que abandone la oficina. Ante la tozudez del escribiente, el narrador decide alquilar otra oficina y emprender un nuevo rumbo sin ese personaje tan extraño. Algo que no resulta tan sencillo, al quejarse los nuevos inquilinos que hay un espectro que no reacciona a ningún estímulo.
Bartleby, tiene tantas posibilidades de interpretación como lectores. Nos encontramos con un escribiente que no sabemos muy bien a qué debe su lado salvaje, si a la soledad, una enfermedad tipo esquizofrenia o tal vez a su vida de vagabundo en la que nunca tuvo que obedecer órdenes. Lo qué sí sabemos es que siempre recordaremos al callado y rebelde flacucho con mucha ternura y tristeza.
Y no menos importante es el narrador, abogado de profesión, que sorprende con su actitud sobre el escribiente. Hoy en día, cuando un trabajador no obedece las órdenes del superior, más pronto que tarde lo echan de patitas a la calle y sin ningún remordimiento. Aunque en este caso el abogado parece hacer honor al sinónimo de su profesión y como moderador intenta dar a Bartleby lo que pueda necesitar para vivir.
Leí el relato en catalán, aunque Nórdica lo publicó también en castellano. Una cuidada edición en tapa dura, grande, similar al formato de los cuentos y perfectamente ilustrada, mayoritariamente en blanco y negro, por Javier Zabala. Bartleby es un protagonista solitario y gris, por eso hay que retratarlo con una gama de colores oscuros.
Herman Melville publicó a finales de 1853 , bajo pseudónimo, este relato en dos partes en una revista, y no fue hasta dos años más tarde que formaría parte de un libro. Un escrito que con los años es más valorado, y que no pierde valor, tan solo el oficio de escribiente pasó a mejor vida con las fotocopiadoras. El autor, en plan cómico, quiere dar a conocer las pésimas condiciones de trabajo, los conflictos entre amo y trabajador, y la valentía de algunos de ir contracorriente.
Bartleby, el escribiente es una historia misteriosa sobre un escribiente inolvidable. Su famosa frase: "Preferiría no hacerlo" es un gran eslogan que marca la libertad, aunque a veces solo sea un escudo que esconde nuestra cobardía. Un relato perturbador que inquieta por el enfrentamiento de clases.
Yo lo leí también en esta edición y de la Biblioteca... Me acuerdo que leía con bastante curiosidad, esperando que al final se desvelara un poco el motivo de por qué el protagonista se niega a hacer su trabajo de repente... Pero.no,no lo dice y me quedé un poco plof... No sabia muy bien qué pensar... La verdad es que no analicé el libro tanto como lo que tú nos expones en esta entrada...
ResponderEliminarUna lectura singular, sin duda que descoloca un poco al lector...
Lo comentamos hace tiempo en un curso de escritura que hice en mi barrio y me llamó mucho la atención. Me has recordado que quería leerlo...
ResponderEliminarBesos!
Pues no te digo que no, pero sí que será más adelante porque ahora me apetece otro tipo de lecturas.
ResponderEliminarBesos.
A mí no me llama especialmente, a pesar de tus buenas impresiones, lo dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso
No tiene mala pinta, pero ahora mismo no creo que lo lea, demasiado pendiente que me apetecen más...
ResponderEliminarBesos
Es un libro curioso pero creo que es un de los que necesita que tengas las neuronas en marcha. Lo voy a dejar por el momento pero sin descartarlo.
ResponderEliminarUn abrazo
No termino de verme con él, pese a ver que lo has disfrutado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues desde luego parece un libro curioso, de esos que te mantienen expectante por ver qué motivo se esconde detrás del protagonista. No lo descarto ;)
ResponderEliminarBesitos
"Preferiría no hacerlo", qué frase tan mítica, todo lo que implica y cómo define a nuestro Bartleby. Me ha encantado tu reseña y cómo explicas la relación del escribiente con el abogado, y esa visión de Bartleby. Siempre me ha gustado más esta novelita que la de Moby Dick, pero Melville se lo debe (casi) todo a la ballena blanca, ya ves... Besos.
ResponderEliminarUno de mis eternos pendientes!!
ResponderEliminarA ver si me animo con él.
Besotes
Muy fan del "Preferiría no hacerlo". Me encantó este libro.Un besote.
ResponderEliminarRecuerdo que el personaje me incomodó un tanto pero también es sumamente interesante. Una lectura a tener muy en cuenta por todos. Besos
ResponderEliminarNo se si llegaría a disfrutarla. Me llama pero a la vez me da miedo.
ResponderEliminarEdgar Neville es de los pocos autores clásicos que no me atraen. . Esta que reseñas la dejo pasar. Besos.
ResponderEliminarPerdón, Herman Meville.
EliminarHola! Estupenda Reseña. Me encanta, descubrir nuevos autores.
ResponderEliminarGracias por la recomendación. Anotada.
Ya te sigo en el Blog. Te dejo mi enlace por si quieres devolverme la visita 😉
http://namartaielsllibres.blogspot.com/?m=1
✒️ Namartaielsllibres
Hola. Pues tomo nota, me interesa esta lectura y creo que la disfrutaría.
ResponderEliminarBesos.
Pues es uno de mis eternos pendientes, me lo dio mi madre hace años y aún no me he puesto con el!
ResponderEliminarUn beso!
No conocía este relato pero me atrae lo que dices. Ese grito de libertad:"Preferiría no hacerlo" (fantástico).
ResponderEliminarSaludos.
Buenaas!
ResponderEliminarNo creo que vaya a leerlo por ahora ...
Gracias por la reseña <3
Maravilloso relato, como casi toda la obra de Melville. Cuantas veces en la vida preferiríamos no hacerlo...pero lo hacemos. Es el precio a pagar por vivir en sociedad, supongo. Y está bien que sea así siempre que no sea excesivamente represor. "El malestar en la cultura" de Freud lo refleja bien. Pero peor, generalmente, es la vida salvaje.
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