HIELO
ANNA KAVAN
TRADUCCIÓN: AINIZE SALABERRY
TROTALIBROS EDITORIAL
216 PÁGINAS
Las enfermedades mentales son uno de los problemas invisibles más preocupantes y no les damos la importancia que merecen. Si a ello le unimos el problema de las drogas el cerebro se hiela y congela la motriz cerebral de la víctima. Le roba su personalidad para regalarle otra vida a veces feliz y otras angustiosa. Feliz porque esa adicción le da una sensación fictícia que la mantiene viva mientras le quema por dentro. Y estamos ante un círculo vicioso de difícil salida sin ayuda de los profesionales. Cuesta pedir ayuda y cuesta ofrecerla sin que uno se ofenda, porque la negociación es un factor a desbloquear.
Cierro las páginas de este libro con incertesa, tristeza y frío por tanto hielo que entorpece la odisea del protagonista. Y al poco leo la notícia del suicidio de Verónica Forqué y cobran tanta fuerza las palabras de Anna Kavan que da mucho miedo. La depresión es tan silenciosa como terrible y todos podemos caer en sus manos cuando menos lo esperamos.
No soy lectora de novela distópica y eso quizás dificulte hablar sobre Hielo. No es una obra de fácil acceso, tal vez se necesiten varias relecturas para captar la auténtica esencia de la historia. O quizás es mejor no pensar en ello y quedarnos con la imagen fría, enferma y paranoica que ofrece el narrador.
Desconocemos el nombre de los protagonistas. Son unos sin nombre, tal vez porque en la mente de Anna Kavan la trama y los sucesos pueden ocurrir a cualquier. O tal vez para intentar camuflarse a ella misma en esa marea blanca. El narrador, enamorado de una chica delgada y de tez pálida, no duda en ir contracorriente y jugarse la vida en un mundo cubierto de nieve por estar a su lado. Ella vive bajo el dominio de un custodio quien vela por su felicidad.
Hielo es una carrera a contrarreloj y muy obsesiva. Cada vez que, el narrador, tiene a la muchacha cerca algo se tuerce y se le escapa nuevamente. La chica, casi albina, es como un ángel camuflado en la nieve.
Conociendo los antecedentes de la autora y su adicción a las drogas es obvio que la nieve es el mundo alucinante que ofrecen las sustancias estupefacientes. Un mundo que te adentra en un laberinto sin salida, en el que das vueltas sin parar. Un amor platónico tan dañino como necesario.
Trotalibros está consiguiendo guiar a los lectores, con su faro, a mundos diversos y para todos los gustos. Es de agradecer que recupere obras que quedaron sepultadas bajo millones de novedades literarias y que les regale una nueva vida. Cuida cada detalle al máximo, empezando por el traductor al que menciona en portada y del cual aporta su biografía. Parecen tonterías, pero el traductor es casi tan importante como el escritor y de él depende el saber transmitir la esencia de la obra original. Y al finalizar la lectura conocemos la motivación del editor, Jan, de como llega a la obra y porqué decide publicarla.
Hielo quizás sea la novela publicada por Trotalibros que menos encaja en mis gustos literarios. Me gusta explorar nuevos mundos y a veces no hay más que dejarse llevar por los pálpitos y leer a cada momento lo que nos apetece. Hace unos meses leí La guardia y ahora Hielo. Una novela tan surrealista que engancha como las drogas y al mínimo despiste te quedas pegado y cuánto más intentas escapar más herido sales.
En definitiva, Hielo, es una novela perturbadora que mezcla la ciencia ficción con las enfermedades mentales y el cambio climático. Lo que provoca un cóctel explosivo de alto voltaje.
Uy, uy, uy, ¿cómo se me ha pasado a mí este título?
ResponderEliminarAhora mismo me lo anoto. Me ha gustado mucho el enfoque que le has dado, sin duda, qué poca importancia se le da a la salud mental, con lo delicada que es....
Un abrazo.