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viernes, 20 de marzo de 2020

El acontecimiento. Annie Ernaux

EL ACONTECIMIENTO
ANNIE ERNAUX
TRADUCCIÓN: MERCEDES Y BERTA CORRAL
TUSQUETS EDITORES
120 PÁGINAS


SINOPSIS

En octubre de 1963, una joven Annie Ernaux, estudiante de filología en la ciudad de Ruán, descubre que está embarazada. Desde el primer momento tiene la certeza de que no quiere (ni debe) tener esa criatura no deseada. En una sociedad en la que se penaliza el aborto con prisión y multa, Annie Ernaux se encuentra sola; hasta su pareja se desentiende del asunto. Después de visitar a varios médicos que cierran los ojos ante su problema, y de intentar pedir ayuda entre sus conocidos y amigos, consigue que una mujer que ha pasado por la misma situación le dé la dirección de una "abortera" en París e incluso le preste la enorme suma de dinero que necesita. Annie Ernaux no sólo se encuentra desamparada, sino que llega a sentirse discriminada frente a una sociedad que le vuelve la espalda y le obliga a afrontar sola el profundo horror y dolor de un aborto clandestino.


Tardé en leer a Annie Ernaux. Autora que me conquistó con "No he salido de mi noche", donde utiliza una narrativa potente y directa para hablar del sufrimiento a causa de la degeneración de su madre por culpa del alzheimer. Y es que esta autora utiliza la escritura para dar a conocer momentos clave de su vida, donde en todas sus obras aporta ese toque autobiográfico que tan cercano es para los lectores.

El año pasado tuve la suerte de conocer a Annie Ernaux en Las Jornadas Literarias de Formentor, donde se le entregó el Premio Formentor de las Letras. Quedé impresionada por su fortaleza y su labia al escucharla recitar el discurso de galardonada. Mujer humilde y simpática que se ganó el cariño de todos los allí presentes.

En esta obra, la escritora francesa, cuenta su decisión de abortar, y a ello lo llama el acontecimiento. En ningún momento menciona embarazo, estado de buena esperanza, ni nada por el estilo. Para ella quedarse embarazada fue lo peor que pudo pasarle y es por ello que aprovecha este relato para contar todos los problemas que  tuvo para deshacerse de ese ser no deseado. Y es que el aborto, en París y en esa época  estaba prohibido y las consecuencias  podían ser ir a prisión.

"A un lado estaban las otras chicas, con sus vientres vacíos, y al otro me encontraba yo."

En octubre de 1967 Annie es una jovencita universitaria de 23 años. No le baja la regla y cada noche escribe en su agenda: Nada. Así pasan los días hasta que decide acudir a un ginecólogo para confirmar que dentro de ella hay un pequeño ser dispuesto a crecer, mientras su chico no quiere saber nada de ella, y ella solo desea la desaparición de ese engendro. Necesita echarlo fuera y no sabe como afrontarlo, porque no tiene en quien confiar y además abortar es pecado.

Annie no quiere que este acontecimiento marque su juventud ni su prometedora carrera universitaria. Lo que no sabe es que la marcará de por vida. Y no es hasta muchos años después, que desde la escritura consigue coger aire para echar la vista atrás y hacer memoria. No es nada fácil hablar de este acontecimiento en el que se jugó mucho y pudo costarle la vida. Ella lo sabía y  aún así utilizó medios poco ortodoxos que pueden provocar problemas y hacer que el cuerpo no se recupere de las heridas.

El acontecimiento es un episodio desagradable y desesperante en la juventud de Annie. Semanas oscuras y solitarias en las que cuenta con el apoyo de pocas personas. Un sufrimiento mental e interno por intentar manipular el feto sin métodos hospitalarios.

Una novela que deja mal sabor de boca por el tema amargo y delicado que toca, por la falta de apoyo y por las huellas que deja. Temática que nos lleva a preguntarnos muchas cosas sobre el aborto, un tema todavía bastante silenciado a día de hoy. 

Los temas que Annie plantea en sus novelas son espinosos, dolorosos y muy necesarios para entender que no todo el mundo lo tiene fácil en esta vida. Falta entendimiento y apoyo para conseguir empatizar con las decisiones de cada uno. Por ello, Ernaux, recolecta los pedazos de su vida y los sana con su publicación. 

El acontecimiento es un relato durísimo  que impacta y deja mal cuerpo a ratos. Quizás no sea el mejor libro para descubrir a la autora pero sí muy recomendable a sus lectores.

Yo leí la primera edición publicada por Tusquets, si alguien lo busca ahora tiene una nueva portada.





martes, 20 de marzo de 2018

No he salido de mi noche. Annie Ernaux


NO HE SALIDO DE MI NOCHE
ANNIE ERNAUX
TRADUCCIÓN: LYDIA VÁZQUEZ JIMÉNEZ
EDITORIAL CABARET VOLTAIRE
129 PÁGINAS


SINOPSIS

"Mi madre sufrió la enfermedad de alzheimer a principios de los años 80. Finalmente tuve que ingresarla en una residencia de ancianos. Siempre que volvía de mis visitas, necesitaba escribir sobre ella, sobre su cuerpo, sus palabras, el lugar donde se encontraba. No sabía que aquel periodo me conduciría hacía su muerte, en 1986."
"No he salido de mi noche" son las últimas palabras escritas por la madre de Annie Ernaux. Contienen todo el dolor de una mujer en el comienzo de su enfermedad y simbolizan el largo y doloroso trayecto que se anuncia para el enfermo de Alzheimer y su familia.
"Al hacer públicas estas páginas, las revelo tal y como fueron escritas, fruto del estupor y el trastorno que entonces sentía yo. No he querido modificar nada al transcribir aquellos momentos en que me quedaba junto a ella, fuera del tiempo, de todo pensamiento. Había dejado de ser la mujer que había conocido, que velaba por mi vida, y sin embargo, bajo ese rostro inhumano, por su voz, sus gestos, su risa, era mi madre, más que nunca."



No recuerdo las veces que me recomendaron leer a Annie Ernaux. Por tanto, "quien no oye consejo, no llega a viejo" y nunca está demás escuchar a los amigos lectores y al rugir de la naturaleza. Y digo naturaleza porque podemos elegir muchas cosas en la vida pero no podemos luchar contra la naturaleza de las cosas, las enfermedades o la huella que el paso del tiempo marca en las personas. Somos humanos y el ciclo de la vida se inicia con el nacimiento y finaliza con la muerte. Nadie se libra de la muerte, lo único que sí podemos es intentar retrasar ese momento y a veces suavizarlo, siendo siempre doloroso. No queremos perder a nadie, aunque sabemos que eso es imposible, pero tampoco es agradable sufrir.
Después de leer este librito entiendo perfectamente las recomendaciones. Me gustan las historias de mujeres, intimistas, autobiográficas y emotivas. "No he salido de mi noche" es una lectura que te agarra a la vida y no te suelta a pesar de la dolorosa fase vital que representa. Es imposible salir de ella sin nostalgia, angustia y ganas de aprovechar cada segundo. Por ello, necesito escribir la reseña enseguida, y sacar a la luz las punzantes impresiones y reflexiones que ofrece un libro tan personal. En parte me alegro, su lectura me aporta la sacudida necesaria para renacer de las cenizas y recuperar las ganas de escribir en el blog. Y es que muchas veces hago una montaña de problemas insignificantes que pueden tener solución trazando un nuevo plan o cambiando la mentalidad. Lo único que no tiene vuelta atrás es la pérdida de un ser querido.

La madre de Annie falleció en 1986, de una embolia, a los 79 años. Unos años antes a consecuencia de un accidente no volvió a ser la misma y en 1984 le diagnosticaron Alzheimer. "No he salido de mi noche" es el diario que escribía la autora al llegar a casa, pequeños párrafos para narrar el día a día junto a su madre durante el periodo que la tuvo en su casa antes del ingreso en el geriátrico. Tristes y desgarradoras impresiones sobre la degradación de su madre a consecuencia de la enfermad, que anotaba en trozos de papel, sin fechas. No es sencillo ni placentero compartir el dolor, aunque las experiencias de otros puedan ayudarnos a llevarlo mejor en una situación similar. Por eso, tras el fallecimiento de su madre no podía releer las anotaciones, le faltaba valor, y le escribió el libro "Una mujer" donde narra el relato de su vida y la relación entre ambas.

Dos años conviviendo con la demencia senil que poco a poco le roba a su madre. Esa mujer valiente y trabajadora que nada parecía pararla hasta que la degradación física y mental la despoja de razón, pensamientos y pertenencias dejando un cuerpo inerte que no responde a los estímulos. Todo lo vive y todo lo pierde entre las paredes del geriátrico donde comparte residencia con mujeres y hombres, jugando y peleándose como críos en el patio del colegio. Una modesta convivencia de cuerpos semidesnudos, olor a orín, dentaduras perdidas y pasteles pudriéndose en los cajones. Una sensación asfixiante donde la piel arrugada, la mente perdida  y los cuerpos atados a una silla, evitando accidentes mayores, enseñan la cruda realidad de los enfermos.

Ver apagar la vida de las personas queridas y el cambio en su rostro, apenas reconocible por una sonrisa o gesto es un ejercicio inquietante. Annie en algún momento dice que la prefiere loca a muerta, hasta que la situación es insostenible y desea que deje de sufrir. Aunque este es el momento que la culpa atormenta y machaca por dentro al desear la muerte de alguien. La autora no deja de comparar la vejez con la infancia. Ve como la vida toma un camino inverso y los movimientos y acciones que realiza su madre la llevan a sus recuerdos de infancia. Solo que cuando las fechorías las realiza un crío son graciosas y vistas en la vejez son un dolor punzante. En estos casos es inevitable mirar nuestro cuerpo y reflexionar sobre los cambios que otorga el camino hacía la madurez.

"No he salido de mi noche" son las últimas palabras que escribió su madre en una carta que al mes de empezarla no era capaz de terminar. Pero el título, también, hace referencia a la oscuridad que deja la muerte, ese vacío en el que nada consuela hasta encontrar la luz que nos guíe a seguir.  

"Entre mi vida y mi muerte ya solo la tengo a ella, demente".
 
Annie escribe lo que le llama la atención, no se deja llevar por la poesía, ni por la buena literatura, solo por los sentimientos. No tenía intención de compartir algo tan personal, por eso la magia de la sencillez radica en que puntada a puntada teje el tapiz de los recuerdos. Sin florituras ni adornos que mejoren el resumen diario de los encuentros con su madre en los últimos años.

"No he salido de mi noche" es un relato intimo que requiere el momento adecuado para captar la esencia de esos trazos escritos a corazón abierto. La autora se desnuda y cubre al lector con su calidez en una situación tan cercana y dolorosa como es la pérdida de un familiar. Una prueba a fuego donde no todo son virtudes, hay muchos defectos y remordimientos que pueden ponernos a prueba. No es fácil dar voz a quien la está perdiendo.