Obra teatral "Paradero desconocido"

Hace más de un año que leí "Paradero desconocido" de Kressmann Taylor y disfruté de su lectura impactante. Por el mes de febrero una amiga me comentó que en abril se representaba la obra en Manacor y a ver si me apetecía ir. Las dos leímos el libro en el club de lectura y fue una de las grandes obras que descubrimos. No lo dudé un momento, tan sólo debía confirmar que el fin de semana no coincidiese con mi viaje a Córdoba. Tuve suerte y el sábado me emocioné con la gran representación de este conjunto de cartas entre un alemán y un judío.

 

 

 

De esta obra se han realizado infinidad de versiones, la que yo vi era en catalán, "Adreça desconeguda, interpretada por Lluís Homar (director) y Eduard Fernández. Esta adaptación se estrenó el 16 de enero en el Teatre Villarroel de Barcelona. Los dos actores son muy cercanos y unos minutos antes de empezar la función ya estaban sentados en el escenario observando como los últimos en entrar en la sala tomaban asiento. Antes de empezar brindaron para que la representación nº 70 fuera única y especialmente para Anna Lizaran (actriz y amiga) que falleció 5 días antes de estrenar la obra y a la que recuerdan en cada función. Un gesto muy emotivo.

 

No se necesita una gran decoración para disfrutar de una obra, lo importante son las palabras, los movimientos y las expresiones faciales. Una alfombra, un par de sillas, mesas con algunas copas y las reinas de la velada: las cartas.

 

 







 En las primeras cartas entre el judío Max Eisenstein (Eduard Fernández) y el alemán Martin Shulse (Lluís Homar) somos testigos de una gran amistad que sigue manteniéndose a pesar de las distancia que los separa, unas cartas con palabras efusivas. El tiempo pasa y la presencia del nazismo da paso a palabras más duras y menos amigables provocadas por el miedo y las ideologías. Todo este cambio lo vamos viendo poco a poco con las palabras, en la forma de vestir de los protagonistas, de como se sientan en las sillas y encima de la alfombra y como la lámpara central va bajando y dejando la sala cada vez más oscura. Una atmósfera gris que se apodera de nosotros hasta sacudirnos y dejar huella.

Si la lectura es más que recomendable el poder disfrutar de la representación teatral es algo mágico. Es impresionante como la amistad entre dos personas puede cambiar tanto, sin duda una obra para reflexionar en lo que ocurrió en el pasado, lo que tenemos en el presente y como afrontar el futuro. Una obra para sentir, pensar y dejar que los sentimientos florezcan.