El coronel no tiene quien le escriba. Gabriel García Márquez

EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

BIBLIOTECA EL MUNDO

95 PÁGINAS

SINOPSIS

Víctima de la insolidaridad y el abandono, ese anónimo coronel, veterano de la "última guerra civil", lleva veinticinco años confiando vanamente en la ratificación oficial de la pensión que le correspondía. "Nunca es demasiado tarde para nada", proclama sentenciosamente. Abocado a la miseria, torturado por el desdén y el olvido, el coronel se enfrenta cada día a una indigencia laboriosamente compartida con su mujer, enferma de asma. No hay respiro en esa menesterosa  y dramática tesitura vital. El coronel invalida como puede su dignidad sobreviviendo  con préstamos y equilibrios difíciles. Ha ido vendiendo todo lo vendible que había en su ruinosa casa, menos un gallo de pelea que mantiene a costa de la propia y definitiva vecindad con el hambre. ¿Por qué esa resistencia última a desprenderse de un gallo cuya sola alimentación incluso le exige al coronel sacrificios imposibles?
 

Con "El coronel no tiene quien le escriba" me estrené, hace unos años, con las obras del Premio Nobel de Literatura 1982, don Gabriel García Márquez. Después seguí con "Memoria de mis putas tristes" y "Crónica de una muerte anunciada". No puedo demorar más el acercamiento a sus dos grandes novelas, "Cien años de soledad" y "El amor en los tiempos del cólera", por eso este año decidí echar la vista atrás y dar preferencia a los clásicos. No puede ser que el gran maestro no esté presente en el blog, así que nunca está de más una relectura para dejar constancia de una de las grandes novelas del siglo XX.
 

El coronel no tiene quien le escriba, es una novela corta que, narra la triste realidad de un viejo coronel que lleva más de quince años esperando su pensión. Vive junto a su mujer, enferma de asma, en una pequeña localidad Colombiana. La soledad y el hambre les acompañan día a día, bordeando la enfermedad, mientras el coronel sigue firme a sus principios y mantiene la esperanza.

Cada viernes, el coronel, se acerca hasta el puerto a esperar el correo en busca de la carta que le otorgue la correspondiente pensión. Es un veterano de la guerra civil, y espera la recompensa, que prometió el gobierno al finalizar la Guerra de los Mil Días. Ésta no llega y el coronel no sabe como decirle a su mujer que, semana tras semana, llega de nuevo con las manos vacías.

Para sobrevivir van vendiendo las pertenencias, todo menos un gallo de pelea que supone un enfrentamiento constante con su mujer. Ella no entiende porque hay que seguir manteniéndolo y alimentar otra boca cuando no tienen para comer. El coronel es firme en sus decisiones y el gallo para él representa el pasado y el futuro. Es lo único que le queda de su hijo, fallecido nueve meses atrás en la gallera al ser acribillado por distribuir información clandestina, y la esperanza de conseguir dinero en las peleas de gallos.

"—Es un gallo contante y sonante —dijo. Hizo cálculos mientras sorbía una cucharada de mazamorra—. Nos dará para comer tres años.
—La ilusión no se come —dijo ella.
—No se come, pero alimenta —replicó el coronel—. Es algo así como las pastillas milagrosas de mi compadre Sabas.

Gabriel García Márquez en pocas palabras consigue una gran historia donde el coronel es el gran protagonista. Un personaje cabal que lucha por lo que le corresponde sin olvidar en ningún momento su posición. La dignidad no se la arrebatará nadie, primero morirá de hambre antes que pedir un favor o ir contra sus principios. Un personaje con una fortaleza admirable y una ilusión única.

La soledad, el olvido, el hambre y los fraudes políticos son los grandes temas que aborda la novela. Todo mencionado de una forma clara y concisa sin entrar en detalles, a veces lo que no se dice y se intuye es más valioso. No son necesarias páginas de explicaciones para entender el sufrimiento o la esperanza. El coronel, su mujer y la localidad donde transcurren la novela, durante los tres meses críticos, no tienen nombre. Esto significa que la historia es muy común y que puede ocurrir en cualquier lugar. Los nombres no son necesarios, lo importante es la tragedia que padecen el coronel y su mujer, esa vida solitaria en su vacía casa.

El coronel no tiene quien le escriba es un relato triste e inolvidable con un final estremecedor.

Gall, obra de Joan Aguiló.