Nunca volveremos a ser las mismas de Brenda H. Lewis

NUNCA VOLVEREMOS A SER LAS MISMAS

BRENDA H. LEWIS

EDITORIAL ESPASA

289 PÁGINAS

SINOPSIS

Maica es una mujer incorrecta, tiene un corazón que no le cabe en el pecho y un pecho que empieza a no ser lo que era. De cuarenta y tantos años, divorciada y con una hija adolescente, peleada con el mundo en general y con su madre y con los hombres en particular, esta abogada adicta al trabajo y a los consejos bienintencionados que le propina su mejor amiga es la demostración de que un sentido del humor bien administrado vale más que un tesoro...

Una desconecta unos días de la blogosfera y se pierde muchas novedades y entradas. Al estar unos días de vacaciones no me enteré que este libro venía pisando fuerte. Tuve la suerte de que una mini reseña mía apareciera en el periódico y por ello recibí un vale para comprar un libro. Tengo mil libros en mente y es difícil decidirse por uno, por lo que hablando con una buena amiga  le pedí que me recomendara algunos. A este no lo conocía, busqué información y por una parte me apetecía adentrarme en una historia fresca y divertida, pero por otro lado tenía mis dudas ya que no me entusiasma la novela chick-lit. Al final mi amiga me convenció de que me vendría bien reírme y desconectar un poquito con este libro, y tengo que reconocer que ha sido una buena elección.

Maica está a punto de cumplir los cincuenta años y se encuentra con que tiene una vida un tanto desastrosa. Separada de un piloto de avión que la abandonó por una azafata holandesa más joven. Tiene a una niña china adoptada, Chin-Zsé, una adolescente de dieciséis años que no para de darle problemas. Ella está obsesionada por su trabajo de abogada, pero también están su madre que está separada y que vive un poco en su mundo y la amiga Rossi que es una gran consejera.

Una novela muy divertida en la que nos adentramos en la vida de las mujeres de cincuenta años, que se encuentran solas, sin pareja y con una niña que se hace mayor. Chin, la niña, se va un mes a Inglaterra y ella está tan angustiada que piensa que se va a morir sin ella. Los consejos y las advertencias que le da a la niña son terribles y para morirse de risa. Para que desconecte un poco del trabajo  y no esté sola en casa le organizan un viaje con su madre y su amiga Rossi a una casa rural en Francia.


Me ha encantado Maica, es una mujer majísima con un corazón tremendo. Se desvive por sus amigas y por su hijita. Me imagino que si no hubiera tanta diferencia entre las dos, casi 20 años, que me sentiría más identificada con ella, pero al no estar separada ni tener niños, ni estar premenopáusica, es más dificil entender correctamente sus decisiones y pensamientos. Es una mujer de carne y hueso, muy real. Estoy segura que cuando llegue a su edad seré bastante igualita a Maica, muchas cosas las viviré y estaré tan obsesionada como ella en algunos casos, ya que le doy demasiada importancia a cosas que no la tienen y me preocupo muchísimo por todo. Pobre de mis hijos, jeje.

Es una novela para mujeres, muy entretenida y con mucho humor. No paras de reír mientras escuchas a Maica contarte la historia. A pesar de ser un tema preocupante para las mujeres, está muy bien contado para que los problemas sean más llevaderos. Y es que con humor y risas todo es mucho más fácil. Por mucho que una se quede sola y sin pareja, que los niños crezcan, que el cuerpo no sea el mismo que antes, la vida sigue y hay que disfrutarla. Y los amigos y personas más cercanas, siempre son las que están a nuestro lado en todo momento, sea bueno o malo. Esto es lo principal a tener en cuenta y es uno de los grandes mensajes de este libro.

Un libro fantástico para disfrutar este verano, muy refrescante, divertido, y con bastantes diálogos que te harán reír a carcajadas. Se lee muy rápido ya que tiene una prosa sencilla que te atrapa desde las primeras páginas. Ideal para desconectar de la rutina y de lecturas más densas.

"No me gustan los aeropuertos. Nunca me han gustado, especialmente desde que terminé con Súper Mario el piloto, y no por esa bobada de las despedidas, no. Mis cuarenta y nueve años de mujer premenopáusica me han enseñado que en algunos casos los aeropuertos son la semilla misma del mal, o lo que es lo mismo, el caldo de cultivo donde millones de azafatas recién caídas de sus cunas europeas contonean cadera y tanga, bañadas en litros de Eau de Hormones para seducir en cabina a maridos pilotos que tarde o temprano terminarán por sentarse delante de ti en la mesa de un restaurante durante una cena con velas para anunciarte con cara de actor francés arrepentido en la peor de sus tomas: "Tengo que confesarte algo, cariño"."

 

"Nunca te olvides de sonreír porque el día que no sonrías será un día perdido" Charles Chaplin.