La sangre de los crucificados. Félix G. Modroño

LA SANGRE DE LOS CRUCIFICADOS

FÉLIX G. MODROÑO

ALGAIDA EDITORES

348 PÁGINAS

 

 

SINOPSIS

 

Zamora, 1682. Don Fernando de Zúñiga, doctor en medicina por la Universidad de Salamanca, acude a la llamada del obispo. Monseñor Balmaseda le encarga averiguar la procedencia de la talla de un Cristo crucificado, hallada en extrañas circunstancias y que parece estar relacionada con la trágica muerte de un herrador. El doctor Zúñiga pronto averigua que aquel suceso oculta una trama de terribles asesinatos, cuya investigación le llevará en un periplo por la Salamanca universitaria, la Corte madrileña y una Sevilla antes opulenta y ahora tan agonizante como los crucificados que procesionan por sus calles.

 

Hace unos meses encontré esta novela en la sección de ofertas y me la llevé conmigo sin dudarlo. El año pasado leí La ciudad de los ojos grises, una fantástica novela de amor, intriga e historia y deseaba seguir acercándome a las obras del autor. Tuve la suerte de conocer a Félix en la Feria del Libro de Madrid y charlar un rato con él, además de sorprenderme al reconocerme enseguida. Todavía tenía el libro pendiente hasta que hace un mes lo leí, aprovechando una escapada a Sevilla en la que unos compis blogueros organizaron una quedada con él. Hice los deberes como dijo Ro y viajé con el libro para fotografiarlo en algunos lugares que aparecen en la novela. Este mundo bloguero es mágico y conocemos a grandes amigos, gracias a todos por hacer de esa velada y del fin de semana unos momentos inolvidables.

 

La sangre de los crucificados es la primera novela escrita por Félix G. Modroño, y la primera protagonizada por el Doctor Zúñiga. En Muerte dulce continúan las aventuras del vizconde del Castañar y estoy deseando leerlo. Le tengo el ojo echado, lo vi en la biblioteca, pero antes debo terminar "Secretos del Arenal" que es una de mis actuales lecturas.

 

"La brisa del río acentuaba sus caricias a medida que avanzaba la madrugada. El sirviente, empujado por una fuerza que emanaba desde las entrañas de su alma, sintió la necesidad de escudriñar más a fondo la imagen. Sin saber por qué, el desasosiego le atravesó la espalda para instalarse en su nuca. Acercó la mano dubitativamente a la cara de la figura. La diminuta llama azulada de la vela también tembló. El muchacho no pudo evitar que su garganta emitiera un grito ahogado de horror. ¡Aquel crucificado tenía el rostro de su amigo Manuel, torturado y asesinado tres meses atrás!"

 

Don Fernando de Zúñiga, vizconde del Castañar y doctor en medicina de la Universidad de Salamanca, acude a la llamada del Obispo de Zamora, Don Alfonso de Balmaseda. Éste sabe que el doctor es especialista en el estudio de enigmas y quiere contratar sus servicios para encontrar a un posible asesino en serie. Hace unas semanas apareció en la puerta de la iglesia una maravillosa figura de la que desconocen su procedencia, lo sorprendente es que la imagen es clavada a Manuel Beltrán, un herrador asesinado hace tres meses.

 

Zúñiga contará con la ayuda de Pelayo, el sirviente del obispo, para descifrar los anagramas que deja el asesino. Unos enigmas que el doctor no consigue quitarse de la cabeza y que los llevan a visitar distintos lugares de la península. Una carrera contrarreloj para evitar la tercera víctima y que el asesino esculpa un nuevo crucifijo. Con el tiempo Zúñiga se gana la confianza de Pelayo, su fiel acompañante, y le enseña como sus logros son sólo cuestión de sentido común aderezado con intuición y un poco de suerte. Los dos consiguen compenetrarse muy bien, convirtiéndose en una pequeña familia. Don Zúñiga perdió a su mujer al dar a luz por segunda vez y sólo le quedan sus hijas, Cristina y Leonor, monjas clarisas a las que no ve todo lo que desearía.

 

Desde el principio sabemos que el asesino es un portugués del que desconocemos su identidad. El autor no sólo juega con los acertijos para que Zúñiga investigue y exprima su cerebro, también juega con el lector al conocer de antemano lo que piensa el homicida y los pasos a realizar.

 

 



 

La novela consta de 9 capítulos escritos en tercera persona, en ellos los protagonistas son recreados en una fantástica ambientación durante el Siglo de Oro. La Inquisición, el reinado de Mariana de Austria y la situación crítica nos acercan a la España de finales del siglo XVII. La novela está escrita de forma sencilla y cuidada, utilizando vocabulario de la época. No os preocupéis por los términos, son de fácil lectura, y si alguien se pierde al final hay un glosario de términos de germanías.

 

Cuando visito una ciudad me gusta perderme y observar los edificios importantes, entrar en las iglesias y observar su decoración barroca, romana, etc. Los crucifijos nunca llamaron demasiado mi atención, pero después de leer esta aventura de Zúñiga seguro que cuando pase cerca de alguno de ellos miraré detalladamente su fisonomía. Impactante que una escultura sea la viva imagen de una persona.

 

El autor conjuga a la perfección la religión con el arte y el misterio, consiguiendo una gran novela histórica de intriga. Una novela muy entretenida con un protagonista muy entrañable, estoy deseando seguir con sus hazañas.

 

Todo hombre tiene que saber de dónde viene para conocer a dónde va.