TRAS LAS HUELLAS DE LA FAUNA IBÉRICA
VÍCTOR J. HERNÁNDEZ
EDUARDO RODRÍGUEZ
TUNDRA EDICIONES
96 PÁGINAS
SINOPSIS
Un apasionante viaje de descubrimiento de la fauna salvaje ibérica, a través de la cuidada selección de las mejores pinturas e ilustraciones naturalistas de Eduardo Rodríguez Marín y los relatos de vivencias reales, extraídos de los cuadernos de campo, de Víctor J. Hernández, en busca de las joyas de nuestra fauna por las indómitas soledades de los bosques, montañas, costas, desiertos y humedales ibéricos.
"Tras las huellas de la fauna ibérica" es un viaje de acercamiento a la tierra repleto de sensibilidad y amor dentro del marco de la flora y fauna. Una joya literaria para cualquier amante de los animales. Un libro ilustrado para leer y disfrutar observando las fantásticas ilustraciones y dibujos que acompañan las vivencias del naturalista.
Desde pequeña me encantan los animales. Gran parte de mi infancia la pasé en casa de mis abuelos, en el campo, rodeada de animales domésticos. Aquí descubrí mi pasión por la naturaleza y los animales, tenía un montón de muñecas a las que la abuela les confeccionaba vestidos y que prácticamente ignoraba. Jugaba con ellas por las noches o los días de lluvia, prefería salir al aire libre, por el patio a correr o montar en bici, incluso ayudaba al abuelo con las tareas del campo y cuidando los animales. Jamás olvidaré la gratificante experiencia de observar y valorar las difíciles y cansadas tareas del campo. Cada mañana tomaba mi vaso de leche recién ordeñada, y si me levantaba temprano le ayudaba a ordeñar. Más de uno pensará que era una locura tomarse la leche así, sin controles de nada, sólo hervida para desinfectar, pero la leche que tomamos hoy en día no tiene nada que ver, es agua. Además de ser una irresponsabilidad el meter a una criaturilla bajo las faldas de una vaca, sí, no voy a decir que no, pero hoy en día se ven barbaridades peores.
De la mano del abuelo observé nidos, aprendí el nombre de muchas aves y también asistí al parto de terneros. Creo que todo ello me incitó al sueño de muchos niños de ser veterinaria, carrera que con el pasó de los años rechacé. Me encantan los animales, no puedo verlos sufrir, igual que al ver sangre salgo por patas, no era una buena elección.
"Tras las huellas de la fauna ibérica" me recuerda también a Félix Rodríguez de la Fuente, famoso naturista español, con su serie de televisión "El hombre y la tierra". Lo que disfrutaba viendo esos capítulos, lo veía todo tan lejano y con animales exóticos que me impactaba y no me importaba pasar horas viendo los documentales. También pasé muchas horas sentada al lado de la estantería de libros, mirando una y otra vez los tomos de la Enciclopedia Salvat de la fauna, un clásico que habitaba las baldas de muchas casas. Me encantaba ver las fotografías e imaginarme esos animales por su hábitat, no leía demasiado prefería dejar volar la imaginación.
Paro de hablar de mi infancia y paso a comentar el libro que para eso hemos venido, ¿verdad? Con esta bella edición es difícil no viajar a la infancia y sacar las emociones del niño que llevamos dentro. Estas notas de campo, experiencias del autor, son un acercamiento maravilloso a los animales, un descubrimiento para niños y mayores que viven en la ciudad y que apenas han pisado el campo, las dunas marinas, los bosques, los estanques. La esencia de la naturaleza, ese hábitat libre y tranquilo va desapareciendo. Es el momento de recapacitar y que los padres enseñen a los hijos la sensación que vivieron en su juventud, que no se lo guarden. La naturaleza necesita respirar y volar no le cortemos las alas y la dejemos sin aire.
Víctor J. Hernández recopila en este libro parte de sus notas de campo, pequeños relatos escritos con delicadeza y mucho amor. Una prosa poética que nos lleva a sentir la emoción, el miedo, el silencio, la paz, el nerviosismo y muchas más emociones que vive el autor en cada una de sus salidas para observar los animales. Vivencias personales narradas en primera persona que consiguen llevarnos hasta cualquier rincón de la península ibérica y sentir cerca la vida de los animales. Un recorrido por mar, tierra y aire que transcurre por las cuatro estaciones del año y que abarca desde la infancia del autor hasta el día de hoy. Y lo más importante, nos hace sentir el olor, la brisa y ver los olores del mar y la tierra. Es un libro que transporta.
Pintan ya de manchones anaranjados las cornicabras las crestas de los montes cuando caen las primeras lluvias de finales del verano. El aguacero apenas impacta la superficie reseca y polvorienta de la tierra calcinada por los calores del estío. Y en el aire flota un hálito, sin vuelta atrás, de tiempo nuevo.
Prácticamente en cada página encontramos un relato y su correspondiente dibujo. Relatos breves que nos dan una idea del entorno dónde vive cada animal, la época en que es visible y muchos datos más. Cada relato va acompañado por dibujos e ilustraciones de Eduardo Rodríguez, unas láminas impresionantes, parecen fotografías. La portada del libro con la cara de un lobo y esa mirada es una imagen viva llena de luz y vitalidad.
Este libro es una joya para todos los sentidos. Mejor picotear y leer los relatos tranquilamente, un par cada día y disfrutar del libro, de las ilustraciones y del proceso para acercarse a los animales y observar su rutina.
Hace unos meses leí en el blog de Víctor J. Hernández,
Diario de un naturalista, una actividad que llevó a cabo durante un mes. Anotaba todas las especies de animales y plantas que observaba para hacer el recuento de cuantos tipos podemos observar sin salir a buscarlos. Me llamó la atención esta práctica y es asombroso lo que nos perdemos por no observar, por no prestar atención a nuestro alrededor. Paseando por el campo, en unos minutos se presentan ante nosotros infinidad de especies, algunas de las cuales ignoraba su existencia.
"Tras las huellas de la fauna ibérica" es un libro que enamora tanto por las ilustraciones como por los relatos poéticos. Un viaje en el que descubrí animales, me acerqué a otros y retrocedí a la infancia. Al vivir en una isla muchos animales que aparecen en el libro no forman parte de nuestro paraíso, quizás algunos en cautividad. Un animal debe vivir en su entorno, libre.
Agradezco al autor y a la editorial el envío del ejemplar.