Non Serviam endiablado |
El bien y el mal. Ángel y demonio. Dos entes que tiran cada uno de un cabo de la cuerda para decantar la balanza de su lado. Unas veces voletean en nuestro subconsciente y otras en el destino. A nuestra mente todavía la podemos intentar controlar y hacerle caso, de forma más o menos acertada, pero no podemos pronosticar lo que nos deparará el destino.
El 21 de diciembre no llegó la fin del mundo y se celebró la presentación oficial del libro "Non Serviam: La cueva del diablo" de Carmen Cervera. Lo que prometía ser uno de los días más felices de la autora, fue enturbiado por una mala noticia recibida unas horas antes de la presentación. Carmen es fuerte y acudió a la presentación con la mejor de sus sonrisas. El pequeño derrumbe emocional al principio de la presentación fue algo muy normal, natural y muy sentido, yo soy más débil y en su lugar hubiera suspendido el acto.
Carmen escribe desde pequeña y recordó que de niña fue a la "Llibreria Jaume de Montsó" junto a su madre. Hablando con la librera le comentó que de mayor quería ser escritora y esta dijo a ver si era verdad, ya que de pequeños todos lo dicen pero que luego muy pocos siguen escribiendo. Esta vez si se cumplió y Carmen estaba en esa misma librería, años más tarde, presentando su novela. El primer libro de una saga que por el momento es editado y sin el respaldo de una editorial, cosa que no ha sentado demasiado bien a algunos familiares que le recriminan no intentar llamar a la puerta de alguna de ellas.
A Carmen le encanta la filosofía y la teología. El ser humano necesita preguntarse, ¿Por qué? La respuesta a el porque de las cosas la encontramos en la religión, todos tenemos una religión, sea cual sea, que nos la inculcan desde pequeños.
Hay quien opina que la novela es una mezcla de "Crepúsculo, Dan Brown y las Cincuentas sombras de Grey". Ella no entiende muy bien lo de las sombras. Si cierran el libro y los lectores se han divertido es genial, y si creen que es teología hecha novela es fantástico, ella se ha divertido muchísimo escribiéndolo. Nos cuenta que cuando venimos a la vida lo hacemos con una obligación y un derecho, los derechos fundamentales y los deberes del ser humano, que serían vivir bien en el sentido aristotélico, algo como ser feliz es nuestra obligación. Es un milagro que en un punto tan pequeño y con tantas casualidades estemos vivos por tan poco tiempo y hay que aprovechar el momento. Ella se lo pasa bien escribiendo cosas raras sobre ángeles y demonios, combinado con una historia de amor, y si hay quien disfrute de ello, chapeau.
Al finalizar la presentación hubo un pequeño refrigerio en el que no faltó una tarta con la portada del libro y una copa de cava. Todos brindamos por el gran éxito literario de Carmen y para que desaparezca todo mal de nuestras vidas, el mal solo debería estar presente en las obras literarias.
Fue una presentación muy familiar y emotiva. Me encantó hablar con la madre de Carmen, una mujer muy simpática, que me contaba que éste era el primer libro que leía en su vida y que en dos días lo terminó. Al no estar acostumbrada a leer no sabía si entendía las partes de la historia y que le iba comentando a su hija lo que entendía para saber si iba por buen camino. Me pareció un gesto muy bonito y un logro muy enriquecedor para las dos.
Y por último decir que me encantó asistir a la presentación del libro de Carmen, a la que pude conocer personalmente, y además fue muy especial al ser de una escritora y bloguera mallorquina.
Non Serviam angelical |
¡Muy buena crónica, Marga! Todo un acto de voluntad y fortaleza el de la escritora, que encontró los ánimos suficientes para no defraudar al público. La novela pinta muy bien (la tengo preparada en mi Kindle). A ver si pronto puedes contarnos tus impresiones. ¡Y de la tarta mejor no digo nada! ¡tenía que estar riquísima! Un beso.
ResponderEliminarYo la tengo apuntadísima desde que nos lo comentaste en una entrada anterior porque el tema de la lucha del bien contra el mal, ángeles y demonios, me encanta. Mucha suerte para Carmen Cervera y felicidades a Marga por tu gran crónica. Besos!!
ResponderEliminarMe pareció interesante desde el principio. Te agradezco que compartas una presentación a la que no pude asistir y en la que, a todas luces, hubiera disfrutado
ResponderEliminarBesos
A ver si tengo suerte y me toca en el sorteo. Hay que ser muy valiente para lanzarse a la autoedición, con las editoriales ya sabemos lo que pasa, además todavía no es tarde para intentar que alguna se interesa. Qué bonita la historia y el momento para ella tuvo que ser especial, volver con su sueño cumplido.
ResponderEliminarBesos
Gracias por la crónica! Muy completa. Y desde luego dice mucho de la autora esa fuerza de voluntad para seguir con la presentación. Y muy buena pinta que tiene la novela. Estaré atenta a tu reseña.
ResponderEliminarBesotes y felices fiestas!!!
una crónica muy interesante, gracias por compartirla con nosotros. El libro no me llama mucho porque no suelo leer ese tipo de historias pero seguiré las impresiones, quizás cambie de opinión
ResponderEliminarbesos y felices fiestas
Una crónica estupenda que dan bastantes ganas de leer el libro. Si bien en un primer momento no me atrajo, porque pensé que no se adaptaría a mis gustos, ahora que sé algo más de su trama me apetece mucho leerlo. Felices Fiestas, Marga! 1beso!
ResponderEliminarque envidiaaaa. lo quiero, lo quiero y lo quiero!!!!
ResponderEliminarya solo con saber que est´a basado en mi ciudad es suficiente motivo, jeje.
la tarta genial y que buena pinta adem´as.
besotes y feliz navidad!!!
Oye, lo de la tarta ha sido genial!! Encima que tienes la suerte de ir a presentaciones, te ponen dulces!!! Los autores de hoy en día no tienen precio.
ResponderEliminarBesos, Marga y feliz Navidad.
feliz navidad y prospero año nuevo amigo !!!!!!!!!! buen articulo lo ley todo . !
ResponderEliminarMarga, venía a desearte unas felices fiestas, te mando un abrazo gigante y sincero y te deseo lo mejor para cada día!!
ResponderEliminarCachis... Espero que disfrutara de su día a pesar de este contratiempo. Gracias por la crónica. Besos
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